Jorge Ramos Ávalos / La otra cara de Estados Unidos

AutorJorge Ramos Ávalos

Estados Unidos no es solo Apple, Google, Hollywood y Disneylandia. También es Baltimore, Ferguson y muchas otras ciudades donde algunos policías, en lugar de cuidar y proteger, maltratan y matan.

Vengo de un país donde la gente le tiene miedo a la policía. En México muchos saben que cuerpos de policías están vinculados con los criminales y que no se puede confiar en ellos. En Estados Unidos también hay personas que desconfían de su policía local, aunque por razones distintas; le temen por discriminación y por abuso de autoridad.

Los injustificables saqueos y robos ocurridos en Baltimore han distraído la atención sobre el verdadero problema en muchos lugares de Estados Unidos. El problema se llama brutalidad policial. ¿Las víctimas? Afroamericanos, hispanos, inmigrantes y miembros de minorías. Y por supuesto que están enojados (pero no por eso se vale quemar farmacias y robar zapatos tenis de centros comerciales).

Los abusos de la policía en Estados Unidos forman parte de una larga lista. El mes de febrero fue terrible para los inmigrantes. En Pasco, Washington, la policía mató a un inmigrante que les tiraba piedras; en Grapevine, Texas, murió un mexicano tras una persecución policial; y en Santa Ana, California, otro mexicano (con cuatro hijos y dos trabajos) perdió la vida a manos de la policía. Todas las víctimas iban desarmadas.

Estos casos, prácticamente, pasaron desapercibidos para los medios en inglés. Pero sí reflejan la tensión entre las autoridades y la comunidad latina. Escucho frecuentemente quejas de que policías detuvieron a un inmigrante o a un hispano sólo por el color de su piel o por su acento. Una simple infracción de tránsito se puede convertir en la pérdida de un auto, en una orden de deportación o en el fin de una vida.

Los afroamericanos, sin embargo, han sufrido desproporcionadamente el abuso de los cuerpos policiacos. Hay casos muy dramáticos y cargados de publicidad, como el de la muerte del joven Michael Brown en Ferguson, Missouri, y el del estrangulamiento de Eric Garner en Staten Island, Nueva York. Pero muchos otros han muerto a manos de la policía.

Baltimore es una ciudad dividida racial y económicamente -la zona norte es mucho más rica y segura que la del oeste- y ni siquiera el hecho de que su alcaldesa y su comisionado de policía sean afroamericanos la ha hecho más hospitalaria para esta minoría. Una investigación de The Baltimore Sun encontró que desde 2011 más de 100 personas han...

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