Jorge Ramos Ávalos / Cuando se enferma el Presidente

AutorJorge Ramos Ávalos

Primero lo básico: mi deseo es que el Presidente de Venezuela, Hugo Chávez, se recupere lo antes posible del cáncer que sufre. De verdad. Soy de los que creen que hay que ganarle a Chávez, pero en las urnas, no en el hospital.

La crisis institucional que está viviendo Venezuela fue creada por el mismo Chávez. Desapareció la separación de poderes y ahora controla el Ejecutivo, el Legislativo y el Judicial, además del Ejército, el organismo electoral y los principales medios de comunicación. Chávez concentró todos los poderes en él.

Vio su imagen repetida millones de veces en pósters y en la televisión, y se creyó indispensable (aunque todo fue pagado o gestado por su propio Gobierno). Chávez se tragó su propio cuento de que él era invencible.

En sus discursos, Chávez empezó a referirse a él mismo en tercera persona y la palabra "yo" se repitió innumerables veces en sus kilométricas cadenas a nivel nacional. Él se creyó toda Venezuela. Chávez, como todos los que se creen iluminados, se comparó en ocasiones con Jesucristo y se pensó casi eterno. Y así planeó su Gobierno.

Él -faltando a su promesa hecha en 1998 de entregar la Presidencia en cinco años o antes- cambió la Constitución para atornillarse en el poder y aún habla de quedarse "hasta 2021". Chávez se presentó ante los venezolanos como el salvador del país, una especie de mesías milagroso. Y reemplazó todo el sistema institucional de Venezuela con su imagen de caudillo.

El problema es que el cáncer no estaba en sus planes. Me conmueve ver a Chávez rezando y tomando la comunión. Lo siento sincero y vulnerable. Está asustado, como cualquiera de nosotros lo estaría al enfrentarnos prontamente a la muerte. Por eso una democracia no puede depender de un sólo hombre. Ese fue su error.

Y ahora el Gobierno chavista se desmorona y pierde dirección con un Chávez convaleciente que va y viene a la Habana.

No hay chavismo sin Chávez. Cuando él se va, no está claro quién gobierna en Caracas. ¿Es el vicepresidente, su hermano Adán o un Consejo de Ministros? La verdad es que un Gobierno basado en los humores y estornudos de un sólo hombre no es transferible.

Así que Venezuela espera la muerte o el retorno permanente de su caudillo. Pero espera. Eso pasa en los países donde no hay democracia.

Esto no pasa en otros países verdaderamente democráticos. Cuando se enferma el Presidente, todos saben quién lo reemplaza.

Comencé mi carrera periodística a nivel internacional cuando John Hinkley trató de matar al...

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