Jorge Ramos Ávalos / La guerra de los hackers

AutorJorge Ramos Ávalos

Hackear es la nueva manera de hacer la guerra. Y los hackers son los nuevos soldados.

Estados Unidos fue atacado, cibernéticamente, por los rusos. Pero eso no desembocó en una declaración de guerra. Ni en una confrontación pública entre los presidentes Donald Trump y Vladimir Putin o en amenazas nucleares. Al contrario, Trump parece hacer todo lo posible para llevarse bien con el líder ruso. Y debemos esperar nuevos ataques, no solo de Rusia, sino también de muchos otros países. Esa es la nueva normalidad.

Hay de ataques a ataques. Los del 11 de septiembre del 2001 cobraron la vida de casi tres mil estadounidenses, provocaron dos guerras -Afganistán e Irak- que aún hoy arrastramos y cambiaron radicalmente nuestro estilo de vida. Todos los días hacemos cosas para que no haya otro atentado terrorista. Pero parece que los ataques cibernéticos -que no se cuentan en vidas humanas- son tolerables y esperados con cierta frecuencia.

¿Quién no ha sufrido un virus, un hackeo o un robo en su computadora? Los gobiernos, como las personas, asumen que no hay total privacidad ni seguridad en el mundo digital.

Una de las conclusiones más graves del reporte del fiscal especial Robert Mueller es que durante la pasada campaña presidencial los rusos interfirieron para beneficiar a Trump y para perjudicar a la candidata demócrata, Hillary Clinton. A través de una agencia gubernamental -Internet Research Agency- establecida en San Petersburgo, los rusos realizaron "una campaña de redes sociales diseñada para provocar y amplificar las disputas políticas y sociales en Estados Unidos". La operación rusa, iniciada en 2014, evolucionó y para el 2016 "favoreció al candidato Trump y atacó a la candidata Clinton".

¿Qué hicieron los rusos para lograr sus objetivos? Primero, "compraron publicidad política en redes sociales en nombre de personas u organizaciones de Estados Unidos". Segundo, "el gobierno ruso hackeó y distribuyó material robado que perjudicaba a la campaña de (Hillary) Clinton" a través de una agencia de inteligencia conocida como GRU (o General Staff of the Russian Army).

Esto incluye el robo de "cientos de miles de documentos" de correos electrónicos de empleados, de voluntarios y del jefe de campaña, John Podesta. Esos documentos se dieron a conocer a través de WikiLeaks y de sitios ficticios como DCLeaks y Guccifer 2.0. Y tercero, hubo múltiples contactos de los rusos con miembros de la...

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