Jorge Ramos Ávalos / El privilegio de cumplir 60

AutorJorge Ramos Ávalos

Estoy cumpliendo 60 años y se me ocurren dos ideas: la primera, que se me está acabando el tiempo; la segunda, que he sido muy afortunado en llegar -bien y saludable- hasta aquí.

Hoy la expectativa de vida para un hombre como yo es de 76 años. Pero espero que pesen más los genes de mi mamá morelense -que está casi olímpica a los 84 años- que los de mi papá capitalino y fumador, quien murió de un ataque al corazón mucho más joven.

Me van a permitir un poquito de introspección porque es mi vida la que se va. Por más bien que me vaya tengo que admitir que me queda una o (a lo mucho) dos reinvenciones. Pero todavía le quiero añadir algunos capítulos interesantes a mi vida.

No he llegado a la época de las despedidas. Tengo la fortuna de trabajar en lo que más me gusta -el periodismo- hace casi cuatro décadas y me satisface saber que sigo siendo útil para algo. Aún juego futbol los sábados por la mañana, corro, hago yoga y le gano en el tenis, de vez en cuando, a amigos más jóvenes que yo. (Les juro que no se dejan ganar ;-) O sea, el esqueleto y la mente me responden. Y hay, les aseguro, un gran gozo cuando las cosas más básicas funcionan.

Con canas prematuras desde los 29 años de edad, hace mucho que nadie se refiere a mí en la misma frase que incluya la palabra "juventud". Pero trabajo con tantos millennials que algo, espero, se me habrá pegado. Mi mamá dice que desde chiquito era rebelde -abandoné pronto la religión católica y una escuela donde los sacerdotes nos pegaban-. Pero últimamente estoy viviendo una especie de rebeldía tardía.

La edad y la experiencia, creo, me han dado una claridad mental y moral que no siempre tuve. Hoy me parece de lo más obvio que haya que resistirse y luchar contra dictadores, racistas, corruptos y fanfarrones. Ojalá hubiera en- tendido antes que la neutralidad, lejos de ser una buena cualidad periodística, suele ser una excusa para no actuar y te convierte en cómplice de los poderosos.

Ser periodista e inmigrante resultó ser una magnífica combinación en esta edad. Viajo y vivo muy ligero, me adapto rápido a los cambios, no me aferro a lugares o cosas, soy minimalista, no compro ni como mucho, me visto igual cada día, toda la vida me he puesto Convers y no pretendo ser lo que no soy. Tratar de vestirse como joven es la forma más segura de verse viejo, dice una famosa diseñadora con suma razón. Confieso que he tenido una vida muy intensa. Pero...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR