Jorge Ramos Ávalos / Cómo sacar a Trump

AutorJorge Ramos Ávalos

Los periodistas que nacimos y trabajamos en América Latina estamos bien entrenados para lidiar con líderes autoritarios como Donald Trump. Hemos visto a dictadores, mandatarios y partidos quedarse en el poder a pesar de haber perdido las elecciones. Lo sorprendente es que Trump quiera hacer el mismo numerito en una democracia de más de dos siglos como Estados Unidos. Pero no va a poder.

Tras los mayúsculos fraudes electorales en Venezuela del 2013 y 2018, el tirano Nicolás Maduro no quiso mover su cama del Palacio de Miraflores y ahí sigue. Lo mismo ha hecho Daniel Ortega en Nicaragua -quien organiza y cuenta votaciones a su modo- y ya es el dictador que más tiempo lleva en el hemisferio. Y nunca podré olvidar cómo el Partido Revolucionario Institucional (PRI) en México se pasaba el poder de sexenio en sexenio desde 1929 al 2000 sin importar los resultados de las elecciones.

Bueno, eso que ha pasado en Venezuela, Nicaragua y México, por dar solo tres ejemplos, no puede ocurrir en Estados Unidos. Y aquí les digo por qué.

Aunque haga berrinche, Trump no se puede quedar en la Casa Blanca debido a que el sistema democrático es mucho más fuerte que él. El Presidente, falsamente, ha dicho que ganó las pasadas elecciones. "Como todo el mundo vio, ganamos con cifras históricas", dijo en su conferencia de prensa el 5 de noviembre. Pero eso no es cierto. Hay pocas cosas más antidemocráticas que no reconocer los resultados de unas elecciones justas.

Trump ha mentido tantas veces -"GANAMOS ESTA ELECCIÓN, POR MUCHO", dijo con mayúsculas en un tuit- que es fácil perder la cuenta de las veces en que Twitter ha puesto una advertencia refutando su información. El paciente trabajo de los contadores de votos en los 50 estados del país indica que el ex vicepresidente Joe Biden tiene más de los 270 votos electorales que necesita para ganar.

Y no es que los medios de comunicación decidan quién será el próximo Presidente. Solo reportamos los resultados oficiales de cada estado y, sumando los votos electorales, proyectamos al ganador. Esto no es trampa ni favoritismo. Así se proyectó a Trump como ganador en el 2016, así lo hicimos con Biden este año y así ha sido por décadas. Este sistema nunca ha fallado.

Trump, mal perdedor, está vendiendo la equivocada idea de que su derrota es por fraude electoral. Y mucha gente le cree. El 70 por ciento de los republicanos considera que las pasadas elecciones no fueron...

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