Jorge Ramos Ávalos / El gran secreto

AutorJorge Ramos Ávalos

Todos los saben, pero no se habla mucho de eso. Es algo vergonzoso. Da pena. El gran secreto de Estados Unidos es que, a pesar de todas las leyes para evitar la discriminación, todavía hay mucho racismo. Una cosa es lo que dicen las leyes y otra muy distinta lo que pasa en la calle.

El dueño del equipo de basquetbol de los Clippers de Los Ángeles, Donald Sterling, dijo en la cocina de su casa lo que no se atrevía a decir en público. No quería que su novia, V. Stiviano, llevara a jugadores afroamericanos a los juegos de su equipo. Ni siquiera la leyenda del basquetbol, Magic Johnson, sería bienvenida. Pero le grabaron la conversación, la hicieron pública y, ahora, fue suspendido de por vida de la NBA (National Basketball Association). Eso es lo que pasa cuando lo muy privado se hace muy público.

Los comentarios de Sterling son, desde luego, racistas, estúpidos e hipócritas. Su equipo y sus ganancias dependen en gran medida de sus jugadores y de su entrenador afroamericanos. Pero para Sterling una cosa es pagarles para que jueguen y otra, muy distinta, hacer vida social con ellos. Es la famosa mentalidad de plantación. Es el típico caso de las personas que dicen que no son racistas, pero que no quisieran que uno de sus hijos se casara con un hispano o miembro de una minoría.

No vivimos todavía en una época post-racial. Muchos creían que la elección, en 2008, del primer presidente afroamericano, Barack Obama, significaba una reivindicación y un gran cambio después de décadas de esclavitud, racismo y discriminación. Fue, sin duda, un avance enorme. Histórico. Pero está claro que en Estados Unidos aún hay muchas personas que siguen juzgando y discriminando a otros simplemente por el color de su piel.

El caso de Sterling no es único. El ranchero de Nevada, Cliven Bundy, se convirtió en héroe de muchos conservadores por su pelea con el gobierno de Barack Obama. Bundy no quería pagarle al gobierno en Washington para que sus vacas pastaran en terrenos federales. Eso es debatible. Pero el problema fue cuando, de pronto, dio su opinión sobre los "negros".

Bundy dijo que los "negros" abortaban a sus hijos, ponían a sus jóvenes en la cárcel y se preguntó si no estarían mejor como esclavos. De nuevo, un comentario racista y doblemente estúpido; primero, por pensarlo y, segundo, por decirlo en público.

Y hoy Twitter es, muchas veces, una gigantesca máquina de odios y prejuicios. La gente dice cosas en un tweet que jamás se atrevería a...

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