Jorge Suárez-Vélez / Improvisar cuesta

AutorJorge Suárez-Vélez

La crisis en el abasto de gasolina es sólo la primera de muchas que vendrán. Son consecuencia de la terrible pérdida de capacidad técnica que el gobierno de López Obrador ha causado al despedir a los funcionarios públicos más experimentados y provocando que otros salgan por voluntad propia ante la expectativa de fuerte reducción en su compensación. Los ha sustituido por hordas de sus fieles pero inexpertas huestes.

Esta no es una crisis natural de curva de aprendizaje, es la primera manifestación tangible de la peligrosa combinación de arrogancia e ignorancia que antes provocó la inmoral cancelación del Nuevo Aeropuerto, cuyo costo seguirá creciendo.

La torpe estrategia para combatir el huachicoleo tendrá consecuencias de corto plazo; otras, como la cancelación del aeropuerto, provocan un problema estructural serio, no sólo porque frenará el vigoroso crecimiento de México como imán turístico internacional, sino porque al volverse un cuello de botella en el manejo de carga aérea, limitará nuestra capacidad para participar en la contienda por regionalizar cadenas de abasto en un mundo en el que éstas se han acortado, y cuando México podría aprovechar para integrarse de lleno en un proceso de sustitución de proveedores chinos que la economía estadounidense requiere.

Al gobierno de López Obrador esto no le interesa, pues ni remotamente lo entienden. Sigue pensando en petróleo, precios de garantía y en el México de los setenta que nada tiene que ver con la Revolución Tecnológica que apenas comienza y que cambiará la asignación de capital a actividades productivas. Uno de los daños más graves que esta administración provocará está en la devastación de mecanismos de formación de precios, lo cual sesgará negativamente la asignación de capital arraigándonos en el subdesarrollo. Invertiremos en refinar petróleo, en trenes y en sembrar maíz en un mundo de inteligencia artificial, computadoras que aprenden, y automóviles que se manejan solos.

A corto plazo padeceremos la falta de crecimiento. La errática toma de decisiones, una más mala que la anterior, provocará una fuerte caída en la inversión privada. Sólo se invertirá en lo inercial. Eventualmente, AMLO culpará a los empresarios por la falta de crecimiento, acusándolos de boicotear a su administración, sin ver que lo más responsable que el sector...

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