Jorge Suárez-Vélez / Regreso al pasado

AutorJorge Suárez-Vélez

Del sexenio de Peña recordaremos la obscena corrupción. Ésta provocó desencanto con su administración, pero desafortunadamente también con el paradigma económico. Ahora es popular destruir todo lo asociado con su gobierno, aun reemplazando políticas e iniciativas sensatas con ocurrencias absurdas que no han sido analizadas con la seriedad que su impacto amerita. No es el "poder político separándose del económico", es someter la factibilidad económica al capricho político. Las consecuencias serán lamentables.

Quita el sueño ver a AMLO decidir, sin conocimiento elemental del tema, que en Santa Lucía "caben tres pistas". Agencias prestigiosas rechazaron la factibilidad del proyecto. Ese aeropuerto jamás se construirá pues ninguna aerolínea podrá correr el riesgo de operar en él. Perderemos años en los que nuestra competitividad internacional se irá a pique. Eso se traducirá en menor inversión y menos crecimiento, que afectará más a los pobres que dice defender.

La consultora McKinsey estudió recientemente a las 6 mil empresas del mundo con ventas de más de mil millones de dólares al año. Lo que tiene en común el 10% más exitoso (que concentra más de un tercio de las utilidades del grupo) es que no tienen activos tangibles. Eso pasa en la "economía del conocimiento", vale lo que se sabe y la capacidad para innovar.

Pero AMLO añora la economía de hace 50 años. Cree que los países exitosos tienen trenes, venden materias primas y cultivan lo que comen. Su sueño del México petrolero tendrá un rudo despertar cuando vea que en el mundo energético de hoy lo que sobra son yacimientos, pero lo que escasea es el capital para explotarlos.

Tiene una idea condescendiente de un pueblo al que hay que proteger con regulación y con subsidios, más que empoderarlo, educarlo y prepararlo para competir en lo que viene: una implacable realidad internacional donde quienes la entienden extraerán vastas rentas por el uso de sus patentes de quienes se atoren en el dogma. Su ignorancia nos inscribe al neocolonialismo del siglo XXI en condición de sometidos.

Ni AMLO ni su equipo respetan el conocimiento, o creen en expertos. En términos de educación, creen en cantidad mas no en calidad. No entienden que el mayor activo de cualquier país estará en las capacidades de esa parte...

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