Jorge Suárez-Vélez / El reto de 2019

AutorJorge Suárez-Vélez

Yogi Berra, célebre catcher de los Yanquis, decía que "es difícil hacer predicciones, especialmente sobre el futuro". Pero el proceso de intentar pronosticar es importante, no tanto buscando atinar como subrayar temas relevantes o posibles escollos.

En lo internacional, en 2019 se acentuará la desincronización del crecimiento global que benefició a las grandes economías hasta 2017. Seguimos padeciendo los efectos colaterales del tratamiento que los bancos centrales del mundo prescribieron después de la crisis de 2008. La magnitud de ésta es sólo comparable con la de 1929. Aquella provocó una década de Gran Depresión y una guerra mundial, ésta dejó una secuela de endeudamiento público en países industrializados y le puso la mesa a varios gobiernos nacionalistas y populistas. Las políticas públicas privilegiadas por éstos incrementan el peso del lastre que impedirá mayor crecimiento en los años que vienen.

Los bancos centrales inyectaron vasta liquidez para evitar la deflación que en los años 30 sumergió al mundo en la Gran Depresión. La receta tuvo ganadores y perdedores. Tanta liquidez provocó el desplome de las tasas de interés. Al abaratarse el costo del crédito subieron los precios de todos los activos -bienes raíces, arte, valores financieros- y aumentó la riqueza de sus dueños. Los perdedores fueron asalariados y rentistas, gente retirada que vivía del producto de su ahorro.

El envejecimiento de la población en países industrializados (con un alto número de pensionados) ha creado un entorno social difícil de atender. Agreguemos el impacto de la naciente Revolución Tecnológica. Ésta ha provocado robotización, automatización y concentración de la inversión tanto geográfica (en los países más educados y capaces de aprovechar nuevas tecnologías), como en nuevos sectores de alto crecimiento. Los "mercados emergentes" más atractivos del mundo están hoy en países como Estados Unidos, donde inteligencia artificial, "big data", biotecnología, ciencias de la vida y otras actividades nuevas atraen cuantiosos recursos que buscan participar de la bonanza. En contraste, vemos la quiebra de sectores viejos como el comercial tradicional, medios impresos, televisión abierta, etcétera.

Los beneficios también se han concentrado en la población urbana más educada, y las...

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