José Luis Lezama / Supervía Poniente

AutorJosé Luis Lezama

El Sistema Vial de Puentes, Túneles y Distribuidores Sur-Poniente de la Ciudad de México, mejor conocido como Supervía Poniente, es el ejemplo más claro de la carencia de rumbo y contenido del sistema de planeación en México, de la ausencia de una idea clara de ciudad por parte de la autoridad y del predominio de la lógica del dinero y los negocios en decisiones que afectan la vida comunitaria. Tres dependencias que formalmente deberían introducir el principio de razón en el destino de la ciudad y sancionar cualquier iniciativa con capacidad para afectar el precario orden urbano y los ecosistemas de la Ciudad de México parecen ausentes, y cuando muestran presencia es para actuar en sentido contrario a lo que legal y éticamente deberían hacer; tal es el caso de la Secretaría de Desarrollo Urbano, la de Transporte y la de Medio Ambiente del gobierno del Distrito Federal. Esta última es la más criticada por cuanto de ella depende la conservación y procuración del medio ambiente.

La Secretaría de Desarrollo Urbano falla al no cuestionar la obra desde el punto de vista urbanístico y por alentar el desorden urbano impuesto por los desarrolladores, los especuladores del suelo y demás agentes que actúan dentro de un marco normativo discrecional y permisivo. La Supervía, o cualquier otra obra urbana, debería ser parte de un plan de ciudad integral, de una propuesta imaginativa y racional que proponga orden a las distintas actividades humanas que tienen lugar en la ciudad: residencia, trabajo y esparcimiento.

La Secretaría de Transporte, por su parte, debería asegurar el equilibrio y complementariedad entre el transporte público y privado, buscar la integralidad, así como la eficiencia de los distintos modos de transporte, lo cual no aporta la Supervía. En los hechos, no es esta Secretaría la que decide el orden vial de la ciudad sino los microbuseros, los transportistas de carga y los automovilistas privados.

La Secretaría de Medio Ambiente, finalmente, parece haber tomado partido a favor de los constructores de la Supervía, a la cual considera una gran oportunidad para empezar a canalizar recursos para mejorar los precarios ecosistemas de esta región del país, como si la única manera de invertir para proteger y restituir el medio ambiente fuera mediante estas obras de gran impacto y daño ambiental. El gobierno local podría justificar su propuesta con argumentos de planeación integral, demostrando de qué manera los ecosistemas y las obras viales...

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