José Woldenberg / Amnesia interesada

AutorJosé Woldenberg

Y de repente en televisión, radio y algunos diarios se extendió un clamor en defensa de la libertad de expresión. Derecho fundamental sin duda y toque fundador de cualquier régimen que se precie de ser democrático.

¿Qué había pasado? Que dueños y comentaristas descubrieron o fingieron descubrir que en el proyecto de nuevo Cofipe se encontraba una disposición que obligaba a una reunión entre el IFE y la Cámara Nacional de la Industria de la Radio y Televisión en la cual el primero presentaría "unos lineamientos generales" aplicables al seguimiento de las precampañas y campañas electorales por parte de los noticieros. A partir de esa intención se generó una ola de opiniones que vieron en tal disposición un intento por coartar la libertad de expresión y pintaron con los colores más tétricos las supuestas motivaciones de los legisladores.

Dada la desmemoria vale la pena recordar que:

  1. Una disposición similar -casi idéntica- está contemplada en el Cofipe desde 1993.

  2. Que en 1994, 1997, 2000, 2003 y 2006 se llevaron a cabo reuniones similares entre el IFE y la CIRT en donde el primero entregó "lineamientos" buscando que la cobertura de las campañas electorales se hiciera de manera objetiva, profesional, equilibrada, sin invadir la vida privada de los candidatos, etcétera. Y ello sucedió siempre en un marco de cooperación y comprensión mutua.

  3. Que dicha disposición no tiene un carácter coactivo y que si algún noticiero no la cumple no hay sanción alguna. Se trata de sugerencias precisamente porque los legisladores no desearon atentar contra la libertad de expresión.

  4. Que se trató de una respuesta a la forma más que desequilibrada en que los noticiarios de radio y sobre todo de televisión cubrían las campañas. El antecedente era lo que había ocurrido en 1988 cuando los candidatos de oposición a la Presidencia apenas habían sido registrados por los noticiarios de televisión. Pablo Arredondo -investigador de la Universidad de Guadalajara- documentó entonces que los dos principales noticieros de la TV (24 horas y Día a día) habían repartido su tiempo de la siguiente manera: PRI 83.14 por ciento, "otras noticias electorales" 9.34, partidos de oposición (que eran seis contando al FDN como uno de ellos) 7.51 (Arredondo, Fregoso, Trejo. Así se calló el sistema. Comunicación y elecciones en 1988, UdeG, 1991, p. 157).

Precisamente para no vulnerar la libertad de expresión es que se diseñó esa fórmula de "llamado" para que los medios colaboraran en el...

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