José Núñez Castañeda / El sueño federalista

AutorJosé Núñez Castañeda

En el último presupuesto federal aprobado, hubo un sano recorte al ejecutivo federal y un incremento en las partidas destinadas a las entidades federativas. Sin embargo, hay un dato preocupante por la decisión de la Cámara de Diputados de quitar candados a los gobernadores y darles una especie de patente de corso para manejar las partidas que habrán de recibir en el próximo ejercicio. Puede parece una medida conveniente en aras de fortalecer la República Federal, pero la realidad imperante y la opacidad en los manejos locales obligan a formular algunas reflexiones.

Desde 1824, cuando quedó aprobada la primera constitución del México independiente, empezamos a soñar en ser una República Federal, compuesta de estados libres y soberanos en todo lo concerniente a su régimen interior, pero unidos en una Federación establecida según los principios de la ley fundamental. Pero ¿qué tan libres y soberanos han sido los estados en nuestra historia reciente? Si recordamos los treinta años de gobierno del General Porfirio Díaz, durante esa larga etapa hubo una sola voluntad que se imponía en el territorio nacional y México era, en los hechos, una república centralista. Viene la Revolución y una etapa de incertidumbre, de enfrentamientos, de cruentas batallas y de asesinatos. En 1917 es refrendada la decisión de ser República Federal y es hasta que asume el poder el General Calles cuando el poder queda restituido y consolidado. En 1928 fundó, desde el poder, el Partido Nacional Revolucionario que después quedó transformado en el Partido Revolucionario Institucional. A partir de esa fecha y durante más de 70 años, el régimen político mexicano quedo caracterizado por dos notas...

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