José Luis Lezama / Nanopartículas

AutorJosé Luis Lezama

Los problemas ambientales parecieran tener dos tipos de existencias. La primera es la que se podría llamar su existencia física, como hechos de la realidad, independientemente de su conocimiento o reconocimiento ciudadano o gubernamental. La segunda forma es su existencia como un hecho de conciencia, como problema de preocupación pública y de demanda ciudadana. La mayor parte de los problemas ambientales de la sociedad moderna nacen con la industrialización, que ha sido el motor de la producción de riqueza material de este tipo de sociedad.

En México, la industrialización, que arrancó en los años cuarenta, provocó, entre otros efectos no deseados, la contaminación de las aguas, los suelos y los aires. No obstante, estos problemas, aun cuando con una existencia real y con una fuerte capacidad para afectar la salud de las personas y los ecosistemas, no eran reconocidos como tales y, por lo tanto, ni la sociedad, ni los gobiernos pudieron instrumentar medidas efectivas de política pública. Nadie se protege de peligros que le son desconocidos.

Hace 20 años se empezaron a monitorear de manera sistemática las sustancias que el transporte, la industria y los servicios emiten a la atmósfera del Valle de México. Cada vez más se conocen los detalles de esta contaminación, de su magnitud y de sus efectos en la salud. Conforme a este conocimiento (o a veces en contra, o a pesar de él) se han puesto en práctica medidas de política. Estas medidas han logrado algunos beneficios, han mejorado parcialmente la calidad del aire. Por ejemplo, el plomo casi desapareció de la atmósfera capitalina gracias a su eliminación de la gasolina, algunas otras sustancias se han reducido en distintos grados, tales son los casos del monóxido de carbono, del bióxido de azufre, las partículas suspendidas, etcétera.

Otras sustancias, algunas incluso entre las más tóxicas, permanecen intactas en el aire metropolitano, tales son los casos de los llamados contaminantes tóxicos del aire. La magnitud que aún posee la contaminación del aire en el Valle de México queda de manifiesto por las más de 3.6 millones de toneladas de sustancias contaminantes que, de acuerdo al Inventario de Emisiones del 2004, se emiten anualmente en la atmósfera metropolitana. Existe también un Inventario de Emisiones para los contaminantes tóxicos del aire (los cuales son considerados aún más peligrosos) con datos también para el 2004 y que, de hecho, es el primero en su género que se ha llevado a cabo en...

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