José Luis Lezama / Siete mil millones

AutorJosé Luis Lezama

La demografía nació de la cifra y de la muerte, de las tablas de mortalidad en tiempos de peste...

Pierre Chaunu

A la memoria de José B. Morelos, querido demógrafo.

En un recorrido por las calles de Delhi, Paul R. Ehrlich, especialista en insectos de la universidad de Stanford y autor, en 1968, del alarmante e influyente libro, La bomba poblacional, tuvo una especie de iluminación, que le permitió pasar, como él mismo dice, de un entendimiento intelectual de la explosión demográfica, a uno emocional: las calles de Delhi se le aparecían abarrotadas. Gente comiendo, lavando, durmiendo, gritando, defecando, colgados de los autobuses, arriando animales: "gente, gente, gente, gente". En India la sobrepoblación dejaba de ser una metáfora. Su libro fue uno de los iniciadores de la conciencia ambiental e inspirador de las drásticas políticas demográficas de los años setenta. Ehrlich veía en el crecimiento excesivo de la población una enfermedad, remediable mediante su drástica reducción, aun cuando fuera de manera forzada (R. Kunzig, 2011).

El próximo 31 de octubre ha sido escogido por las Naciones Unidas para simbolizar el nacimiento del habitante 7 mil millones. Mil millones más que hace 12 años, en un mundo que no parece haber hecho nada para ser menos pobre y desigual, menos autoritario y jerárquico, factores a los que se atribuye en parte la sobrepoblación. Las tendencias demográficas indican que la población mundial no logrará su estabilización antes del año 2050 con un volumen de alrededor de 9 mil millones, o tal vez hasta el 2100, con cerca de 10 mil millones.

El creciente incremento demográfico ha generado la idea de la necesidad de control, y ha hecho surgir también una fijación, una obsesión por los números. William Petty (1623-1687), que junto con John Graunt, es considerado padre de la demografía moderna, pensaba que la población mundial en los tiempos del Juicio Final, que él ubicaba 2 mil años más tarde, llegaría a los 20 mil millones. También por esos tiempos, A. V. Leeuwenhoek (1632-1723), tal vez el primer hombre en observar espermatozoides en un microscopio de su propia invención, sostuvo que la Tierra podría tolerar una población de 13.3 mil millones de personas. Robert Malthus mostró gran preocupación por el descontrol del factor demográfico y la menor tasa bajo la cual crecía la producción de alimentos, advirtiendo que si los hombres no hacían nada, el desequilibrio sería corregido por la misma naturaleza mediante el hambre...

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