José Woldenberg / Malos diagnósticos

AutorJosé Woldenberg
  1. En el cruce de Xola y División del Norte dos automóviles chocan. Sus respectivos conductores se enfurecen y bajan con ganas de pelear. Uno es joven, alto, fuerte; el otro, viejo, bajito y cascado. El primero, de un solo vistazo hace su diagnóstico: "éste no me dura de pie ni un minuto" y se lanza a golpearlo. No obstante, cuando se dispone a tirar el primer jab de derecha, el viejo saca una pistola, dispara y lo mata.

    Moraleja: No debe uno precipitarse en el diagnóstico. Las apariencias engañan. En ocasiones, información fundamental puede encontrarse escondida. Un mal diagnóstico puede causar la muerte.

  2. Un paciente llega al consultorio de su médico con un fuerte dolor de cabeza. El médico le hace tres o cuatro preguntas y le dice que se tome unas aspirinas. Pasan los días, el dolor se incrementa y la debilidad general también. El médico, por teléfono, le dice que todo parece indicar que se trata de una fuerte gripa y le receta Afrinex. El malestar no cesa, por el contrario, transcurren los días y el paciente se encuentra postrado en su cama, sin fuerzas para moverse. Decide cambiar de médico. Este le manda a hacerse una tomografía, y resulta que tiene un tumor cancerígeno.

    Moraleja: Si el diagnóstico no se hace a tiempo los daños pueden ser irreparables. No es suficiente ostentar un título, hay que tener paciencia y sagacidad para observar, indagar, estudiar, porque si no la rutina suele ser mala consejera.

  3. La Federación Internacional de Fútbol Asociación (FIFA) modificó hace algunos años el sistema de reparto de puntos en los partidos. Antes, un triunfo se traducía en dos puntos, un empate en uno y la derrota en cero. Hoy la victoria significa tres puntos mientras los empates y derrotas siguen contando lo mismo. Pensaron los directivos que con esa medida se fomentaría un juego más abierto, menos defensivo, que los equipos buscarían la victoria. De hecho se propició una devaluación del empate. Ahora vale un tercio en relación a un triunfo mientras antes era la mitad de una victoria. Sin embargo, los empates no han cesado. Es más, no creo siquiera que se hayan reducido.

    Moraleja: Al confundir un producto, un resultado (el empate) con una estrategia (jugar a la defensiva), la medida adoptada resultó impotente. De tal suerte que un mal diagnóstico también produce que las iniciativas tomadas no alcancen, por supuesto, los resultados deseados. Es más: el mal diagnóstico hace que los disparos peguen en donde no debían. En el caso de la FIFA...

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