José Woldenberg / Paridad

AutorJosé Woldenberg

Sucesivas reformas han arrojado por fin paridad de hombres y mujeres en el Congreso. En el Senado el 49.22 por ciento serán mujeres, mientras que en la Cámara de Diputados serán el 48.80 (Reforma, 6-VII). Es la desembocadura de un largo proceso que conjugó movilizaciones, pleitos judiciales y exigencias de las mujeres y reformas encadenadas que obligaron a los partidos a postular para el Legislativo el mismo número de candidatos por ambos sexos.

Fue en la década de los setenta que grupos de feministas plantearon en México llevar a cabo acciones afirmativas para fomentar la presencia de mujeres en el Congreso. Y las primeras medidas que aparecieron en la legislación lo fueron en el marco del proceso de transición democrática que vivió el país.

Así, en 1993 y en un artículo del Cofipe se estableció que los partidos deberían "promover" la participación de mujeres como candidatas a los cargos de elección popular. Era una especie de llamada a misa puesto que los partidos podían o no hacer caso. Era una "norma imperfecta", como la denominan los abogados, porque no resultaba obligatoria, pero expresaba los nuevos vientos que soplaban en la República. No fue casual que para las elecciones de 1994 se produjera un leve incremento en la presencia de mujeres en las Cámaras: en la de Senadores del 7.8 por ciento (1991) al 12.5 (1994) y en la de Diputados de 7.4 al 15.

En 1996 un nuevo cambio normativo pulió la intención. Se estableció que las candidaturas de los partidos no podían exceder de un 70 por ciento de un solo género. Era una disposición diseñada para las listas plurinominales. Pero como la redacción de la ley resultaba demasiado general, no fue raro que los partidos optaran por llenar el 30 por ciento de los lugares que les "correspondían" a las mujeres colocándolas en los últimos sitios o como suplentes. En 1997 fueron 17.2 por ciento de la Cámara de Diputados y las senadoras el 14.8.

Ante el "fraude al espíritu de la ley" la consejera electoral Jacqueline Peschard planteó al Consejo General del IFE un acuerdo para que las candidaturas plurinominales se presentaran en tramos de tres, es decir, que por cada tres debía aparecer por lo menos una mujer. Lo cual fue aprobado. En el 2000 y el 2003 las diputadas fueron el 16.6 y el 23 por ciento de la Cámara y el 15.6 de...

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