Entrevista / Josh Friedman / Transforma novela en imagen

AutorElda González

Uno de los mayores retos en la adaptación de La Dalia Negra fue dramatizar los numerosos giros y revelaciones que ocurren en la historia, asegura Josh Friedman, guionista californiano que adaptó la novela de James Ellroy para la película dirigida por Brian De Palma, próxima a estrenarse en México.

"Las historias noir son extremadamente complicadas ya que su desenlace ocurre casi siempre en las últimas escenas", expresa Friedman, quien estudió en la escuela de cine de la Universidad del Sur de California y es fanático de Las aventuras del Capitán Alatriste y La Tabla de Flandes, del español Arturo Pérez-Reverte.

En entrevista con El Ángel, el guionista dice que intentó respetar y usar el lenguaje de Ellroy lo más posible.

"Es un lenguaje hermoso pero muy estilizado. Al principio queríamos incluir todo, hacer una gran película de tres horas y media, pero, al llegar De Palma, tuvimos que recortar el guión casi a la mitad", recuerda Friedman, mejor conocido por su adaptación de la novela Guerra de los mundos, de H.G. Wells, dirigida por Steven Spielberg.

Para Friedman, la tragedia de Beth Short es ampliamente conocida: Una bella joven seducida por Hollywood sin saber a dónde la llevarán sus sueños. En su caso, dice, como en muchos otros, ella dio un paso equivocado, o conoció al hombre equivocado, y eso la mató.

¿Cuándo comenzó a trabajar en el proyecto de La Dalia Negra?

Hace ocho años, el director David Fincher (Seven) me contrató para adaptar el libro. Lo conocí en un proyecto previo y me pidió que leyera la novela, me encantó y nos pusimos a trabajar. Colaboramos durante seis años, pero eventualmente dejó el proyecto.

¿Cuál fue su acercamiento con la novela para escribir el guión?

Originalmente, me acerqué a la novela de forma muy indulgente, la leí cinco veces: traté de incluir todo y hacer que el guión funcionara sin mayores cambios estructurales. Después hay que tomar decisiones fuertes, hacer un balance de todo, encontrar los hilos emocionales, etcétera. Cuando trabajé con Fincher, mi guión nunca fue menor de 170 páginas. Durante años, pensé mucho en el tamaño del guión, pero al final no fue difícil reducirlo.

¿Cómo fue trabajar con el lenguaje de James Ellroy?

El lenguaje de Ellroy es complicado, hice lo posible por usarlo siempre, sobre todo con la voz en off. Claro que en ocasiones me emocioné y quise poner de mi cosecha, pero me contuve siempre.

¿Cuál es la trama o el argumento que usted recreó, y cuánto tiempo le llevó adaptar la...

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