Jóvenes: tragos y tragedias

Enfoque especial

La madrugada del domingo 6 de noviembre del año pasado quedará grabada en la mente de Nathllely Aldana. Tras retirarse de una fiesta de Halloween, el Beetle en el que viajaba cayó del segundo piso estrellándose en los carriles centrales de Altavista. "Uno de mis amigos falleció". Él tenía 19 años. La causa: el exceso de alcohol.

Recuerda con tristeza aquel trágico acontecimiento. Eran casi las dos de la mañana cuando ella y dos de sus amigos decidieron abandonar la fiesta de disfraces e irse a casa. "Íbamos tomados", cuenta Nathllely, por lo que ella se recostó en el asiento trasero del vehículo y se durmió. Unos minutos después, el coche salió volando y cuando recobró conciencia, la estaban arrastrando para sacarla del vehículo volcado.

De haber dejado de tomar antes esa noche, quizás no hubiera fallecido el amigo de Nathllely. "Obviamente si me preguntas si volvería a salir tan tomada de alguna fiesta, te diría que no. Jamás dejaría manejar a alguien que estuviera tomado", asegura la adolescente.

Por su parte, Pablo no puede olvidar que murió una de sus amigas de 17 años, a causa de las lesiones provocadas por un accidente donde el conductor estaba en estado de ebriedad. Era un jueves a las 23:00 horas. Su amiga iba con otros cuatro a una fiesta en Cuautla. "Ya habían estado tomando un poco y chocaron contra un camión que venía en el carril de la izquierda. Mi amiga se pegó en la cabeza con el parabrisas y perdió el conocimiento", cuenta Pablo.

La policía encontró botellas de cerveza en el piso del vehículo. La joven fue atendida en varios hospitales durante casi tres meses, pero nunca se recuperó. Falleció en la madrugada del 6 de septiembre del 2004.

Durante dos meses, Pablo dejó de tomar y casi no salía. Ahora, no dejaría que uno de sus amigos manejara ebrio. "Si es un amigo, no me importa que se enoje conmigo", dice el joven. "Le quito las llaves. Prefiero que lo regañen en su casa a que se vaya a estrellar en cualquier lugar".

Las cifras trágicas

Los amigos de Nathllely y Pablo son sólo dos de los 15 mil jóvenes de entre 14 y 29 años que mueren anualmente en el país por accidentes de tránsito y actos violentos relacionados con el alcohol, según el Consejo Nacional para la Prevención de Accidentes (Conapra).

"Es un asunto muy delicado y complicado porque a cada rato se matan los chavos", comenta Alfredo Nateras Domínguez, profesor investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) y autor de un estudio reciente en Iztapalapa sobre el uso social de drogas, entre las cuales está el alcohol. "Los chavos se mueren más por la correlación alcohol y accidente que por cualquier otra situación".

En 2004, el Consejo Nacional Contra las Adicciones (Conadic) estimó que 23 por ciento de las defunciones por accidentes de tránsito con conductores intoxicados ocurren a jóvenes de entre 15 y 24 años de edad.

A nivel nacional, los accidentes viales, es decir, las colisiones o volcaduras de vehículos, así como los atropellamientos, provocaron en 2005 cerca de 113 mil 500 lesionados y 15 mil muertes, de acuerdo al Conapra. Aunque esta cifra es similar a las defunciones de jóvenes por el abuso de alcohol se trata de decesos ocasionados por accidentes viales en la población en general. Según esta dependencia, más de 50 por ciento de las personas que fallecen en estos accidentes tenían alcohol en la sangre.

Las entidades donde los accidentes viales provocan más muertes son el estado de México (con mil 592 defunciones en 2005), Jalisco (con mil 339) y el Distrito Federal (con mil 222), seguidos por Guanajuato (con mil 9).

Los accidentes ocurren principalmente en la tarde. En las carreteras federales se dan entre las 16:00 y las 20:00 horas, y en periodos vacacionales. En la Ciudad de México, suceden más percances entre las 12:00 y las 21:00 horas. Sin embargo, según la Dirección General de Tránsito de la Secretaría de Seguridad Pública del DF, la mayoría de los accidentes fatales acontece en las madrugadas, entre las 3:00 y las 6:00 horas. Los días en que más accidentes hay son el fin de semana.

La mezcla mortal

Pero el alcohol no sólo se combina mal con el volante. También llega a fomentar actitudes agresivas entre los jóvenes que pueden resultar en peleas campales. El domingo 26 de marzo del 2006, a las 7:00 horas, Ricardo Millán, de 19 años, estaba comiendo tacos a la salida del antro el Alebrije, en Acapulco, cuando dos amigos suyos, por un roce accidental empezaron a discutir con otro joven hasta llegar a los insultos. Todos habían tomado mucho ya que el antro ofrecía barra libre.

El sujeto empujó a uno de los amigos de Ricardo, por lo que su compañero...

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