Una joya capitalina

AutorDalila Sarabia

Sesenta virreyes gobernaron la Nueva España durante la construcción de esta "joya" capitalina.

Por dentro o por fuera, por su historia o sus leyendas, la Catedral Metropolitana de la Asunción de María -su nombre oficial- maravilla a sus visitantes.

En 1813, cuando se terminó de construir tras 300 años de trabajos, era el edificio más alto. Hoy gigantes de acero dominan la vista de la Ciudad.

"Es una joya por donde la vean", dijo Héctor Ceja, historiador.

Al inmueble de 124 mil toneladas, lo antecede otra Catedral construida entre el atrio y dos carriles de lo que hoy se conoce como circuito de la Plaza de la Constitución. Su entrada daba frente a Palacio Nacional.

Sin embargo, el estilo no agradó y tuvo que ser derribada para dar paso a esta obra que vieron construir 60 virreyes.

"¿Sesenta virreyes?", interrumpió -con gran asombro- Carlos, quien se apuró a tomar nota en un pequeño cuaderno que cargaba.

Ayer los capitalinos y turistas pudieron visitar una de las catedrales más importantes de América Latina como parte de los Paseos Históricos que organiza la Secretaría de Cultura local.

La Catedral es lienzo de distintos estilos: herreriano, gótico y barroco. Durante los 180 minutos que duró el recorrido, los visitantes pudieron saber la historia del Cristo del Veneno, de la cápsula del tiempo descubierta en 2008 y los detalles del incendio de 1967.

Ceja explicó que en los setenta se intervino el inmueble para frenar el hundimiento que registraba hasta de dos centímetros por mes.

En esa época se convocó a los mejores ingenieros y se usó como "conejillo de indias" a la iglesia de San Antonio Abad. Así se logró aminorar el problema y el desplazamiento es el que se mantiene actualmente: 2 milímetros por año.

Sin embargo, el daño mayor fue provocado por una veladora que olvidaron apagar en 1967, sin que el Arcángel San Miguel, el protector de la Ciudad, pudiera evitarlo.

"Es el mero mero del ejército de los Ángeles y protege a la Ciudad", subrayó Ceja a los presentes.

No sólo se quemó el Altar del Perdón, sino que las flamas llegaron hasta la parte del coro y los órganos, mismos que requirieron una reparación que tomó 30 años. Un óleo sobre...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR