Juan Luis Cebrián: Ni cómplices ni verdugos del poder

AutorMiguel de la Vega

Con una carrera periodística de 40 años, Juan Luis Cebrián se dice convencido de que la única manera de luchar contra la corrupción es a través de la transparencia informativa.

Sin embargo, advierte que el juicio al pasado debe ser riguroso, "para que no se convierta en una historia de buenos y malos".

El papel de los medios de comunicación en los periodos de transición como el que vive México, dice, juegan un papel muy importante. Primero como foros naturales del debate político, para después dar paso a una tarea más compleja: "Enseñar a la gente, y sobre todo a la clase política, las responsabilidades y los límites de la democracia".

El necesario olvido

Durante 12 años, Cebrián fue director del diario español El País, desde su fundación en 1976. Gracias a su labor profesional, fue testigo privilegiado de la transición española desde la muerte del dictador Francisco Franco.

-¿Qué paralelismos encuentra entra la transición española y el

momento que vive México?

-Se parecen en el hecho de que están en proceso de cambio. Pero las circunstancias de México son infinitamente mejores que las de España, a pesar de que los gobiernos del PRI han tenido tintes muy autoritarios. Por un lado, España no participaba en aquella época en enormes contrastes sociales como los de México en el sentido de que no tenía la pobreza que hay en México. Pero tampoco tenía el potencial intelectual, político y de todo género. Vivimos una transición menos interesante que México.

-¿Y que podría aprender México de la experiencia española?

-El proceso de cambio en España ha sido siempre pactado. Y en

estos pactos fue necesario incluir algunos olvidos, lo cual quizá a algunos les pueda parecer demasiado. Se hizo mediante el consenso, mediante el acuerdo entre todas las fuerzas políticas. Esas fuerzas habían estado muy enfrentadas, tanto que habían entrado en una guerra civil. Algo que le serviría a Vicente Fox sería repetir lo que el rey Juan Carlos hizo, que fue convertirse en el rey de todos los españoles. Eso tendría que hacer Fox, ser el Presidente de todos los mexicanos.

-¿Cómo se logra conjuntar esas voluntades? Hay que tomar en cuenta que sólo tres de cada 10 mexicanos votaron por Vicente Fox.

-Esto es algo que Fox tiene que tomar en cuenta. No que tres votaron por él, sino que siete no lo hicieron. En España en primer lugar había miedo, miedo a que se generara un conflicto, no una nueva guerra civil, pero sí una confrontación. ¿Cuáles eran los miedos? Había miedo de los franquistas a que se empezara un proceso de responsabilidades políticas y económicas, quizá el PRI o los beneficiarios del PRI puedan tener ese miedo. Y había miedo de los demócratas a que los poderes fácticos impidieran el desarrollo democrático que querían; quizá el equipo de Fox pueda tener la preocupación de que no haya las circunstancias óptimas para promover los cambios. El...

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