Juan Enríquez Cabot / ¿Esperanza?

AutorJuan Enríquez Cabot

De entrada confieso... conozco bien al proto humano al que le dedico esta columna. Es mi amigo. No soy neutral en el tema. Pero lo que hace, y lo que ha logrado estos últimos años, me da algo de esperanza. Me permite soñar con un México que pudiera llegar a ser muy distinto, porque si logra lo que se propone, lo que promete, pudiera cambiar parte nuestra triste realidad...

Durante parte de este sexenio, poco a poco, en el DF, en escuela por escuela se ha ido ampliando lentamente el horario escolar. Tardó. Había que convencer a padres de familia, alumnos, maestros. Había que introducir clases de inglés, cómputo, educación física, arte y cultura. Estas dos horas diarias te podrán parecer bien poco, a menos que estés cenando con tu suegra. Pero en términos de educación pueden resultar cruciales. Son 400 horas más de trabajo por cada ciclo escolar. Pueden ser la diferencia entre encontrar empleo o no. Vivir con moderado grado de salud nutricional y física, o no.

Tardó. Los primeros dos años del programa las preinscripciones en la jornada ampliada cayeron 1% por año. No todos aguantaban. Pero eventualmente se llegó a un punto de inflexión. En las pruebas ENLACE, los estudiantes de jornada ampliada acababan con un puntaje ligeramente superior a otras escuelas. Se empezó a esparcir la voz. Entre el 2009 y el 2010 las inscripciones aumentaron 70%. Para fines de este año, 1,240 escuelas preescolares y primarias, el 40% del total, participaran en la jornada ampliada.

Casi tan importante como el educar mejor a los chavos es lo que representa este programa. Muestra signos importantes de madurez política en varios entornos donde ha sido digamos.... un poquito escasa. Un programa así se tiene que negociar, con mucho cuidadito; el hecho de que se haya llevado a cabo y muchos ni siquiera se dieron color hasta después de implementado es señal de esperanza.

Primero, lo laboral. Hubo que convencer a maestros. Que como vemos, una y otra vez, en Oaxaca por ejemplo, no siempre es trivial. Y no sólo maestros, también personal de apoyo, directores de escuela, padres de familia.

Segundo, lo político. Por ser el DF hay que reconciliar los ligeros intereses políticos y minúsculos egos nacionales y locales a todos niveles. Aparentemente no siempre se han llevado bien las gentes del PRD y del PAN. Luego entonces el lograr acuerdos cupulares que también se implementen a nivel burocrático no siempre ha sido lo más fácil del mundo. Es importante que tanto Calderón como...

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