Juan E. Pardinas / ¿Fin de sexenio?

AutorJuan E. Pardinas

Hace unos días una colega periodista me pidió una evaluación sobre el gobierno de Enrique Peña Nieto. El fraseo de la pregunta parecía asumir que estábamos en el otoño del 2018 y no a comienzos del 2016. El verbo para referirse a este sexenio se conjugaba en tiempo pasado. La pregunta infería que el mandato de Peña Nieto ya estaba en tiempos extras, cuando todavía le faltan 34 meses para entregar la banda presidencial. A principios de enero, el New York Times publicó un texto fuerte sobre la incapacidad del Presidente para entender la crisis nacional de corrupción y la nula rendición de cuentas. Sin embargo, lo más duro del escrito neoyorkino era el tono de juicio sobre un poder en el ocaso. Más que un editorial, el diario más influyente del mundo redactó un epitafio, como si los próximos tres años fueran la procuración infructuosa de un tiempo perdido.

Al leer la prensa nacional, hay más notas sobre las aspiraciones presidenciales del gabinete que sobre las acciones necesarias para que el Presidente avance en la agenda pendiente del sexenio. El mandato de Peña Nieto aún no ha llegado a su fin, pero ya agotó la expectativa de que ocurran cambios sustanciales. Un testimonio dramático sobre la confianza del gobierno es que la conductora de espectáculos Andrea Legarreta se convierta en una voz autorizada para defender el desempeño actual de la economía. ¿Quién necesita una explicación del secretario de Hacienda, cuando Paty Chapoy puede elaborar el mismo argumento sólo que con mayor credibilidad?

En materia económica, la primera mitad del sexenio de Peña Nieto fue su trienio fácil. Más que una época de vacas flacas, lo que tenemos por delante serán años de vacas locas. El dólar y el petróleo tienen comportamientos difíciles de predecir. La devaluación mejora la competitividad de nuestras exportaciones, pero muchas otras monedas en el mundo también han perdido su valor. Además una parte sustantiva de nuestros productos de exportación se componen de insumos importados que de forma inevitable subirán sus precios. Vendrán tiempos de recortes al gasto público y austeridad forzada por las circunstancias.

¿Qué puede hacer el Presidente? Va una idea que le sirve a él y le...

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