Juan E. Pardinas / Noruega y Nigeria

AutorJuan E. Pardinas

La reforma energética tiene el potencial de grandeza para transformar a México.

Esta semana el Congreso logró el cambio constitucional más difícil de imaginar, ahora falta lo más difícil de hacer: convertir a la reforma energética en un detonador de crecimiento económico. La siguiente versión del Mexican moment no debe durar un instante, sino una generación.

La gran mayoría de países que han implementado reformas semejantes se han beneficiado del cambio en el status quo, pero toda regla tiene su excepción. El caso más exitoso es Noruega, donde la reforma detonó inversión, empleo, cadenas de producción y modernizó a Statoil, su empresa paraestatal de energía. El ejemplo más desastroso es Nigeria, donde la voracidad cleptocrática y las debilidades institucionales concentraron las ganancias en muy pocas manos. Otros ejemplos, como Brasil y Colombia están más cercanos al éxito del país nórdico que al infortunio de la nación subsahariana. Para evitar el camino de Nigeria se requiere garantizar mecanismos de transparencia y rendición de cuentas. El combate a la corrupción ya no sólo es un asunto de probidad y buen gobierno, sino de sustentabilidad de las finanzas públicas.

No será fácil explicar que los beneficios de las inversiones deberán ser proporcionales a los riesgos. Un proyecto que necesite mucho dinero para desarrollarse y tenga un alto nivel de incertidumbre o complejidad geológica, requerirá de primas atractivas para atraer inversionistas. Cada contrato necesitará de una explicación clara de sus condiciones específicas y de protocolos rigurosos de transparencia. Una de las formas más rápidas para deslegitimar la reforma, y de paso fortalecer políticamente a sus adversarios, será clasificar como reservada o confidencial la información relativa a un contrato o un yacimiento. Será necesario utilizar referentes internacionales, de Brasil, Colombia y Noruega, como parámetro de las condiciones contractuales. Uno de los mayores retos será la auditoría y fiscalización de los costos de producción que inevitablemente tendrán un impacto en los márgenes de utilidad del Estado mexicano.

La condición principal para que funcione la reforma es forjar una agencia reguladora...

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