Juan E. Pardinas / Soberanías y gasolineras

AutorJuan E. Pardinas

El próximo 1o. de diciembre, Enrique Peña Nieto se convertirá en el jefe de un Estado débil. Los síntomas de anemia en las autoridades mexicanas se expresan de muchas formas en los distintos niveles de gobierno. En Michoacán, ante las protestas de estudiantes normalistas, el gobierno estatal frenó un cambio en el plan de estudios que estaba inspirado por la brújula del sentido común. A nivel federal, no queda muy claro quién lleva el timón de la educación en nuestro país, ¿la SEP o el SNTE? Ante la inerme autonomía de la autoridad para tomar decisiones, una amplia constelación de grupos particulares impone su voluntad sobre el interés colectivo.

El tema de las gasolineras es uno de los ejemplos más elocuentes para demostrar la fragilidad del Estado mexicano. Por años, los dispensarios de combustible han operado en México como repúblicas independientes y soberanas. La Norma Oficial Mexicana (NOM) sobre gasolineras, que rigió desde 2005 hasta la semana pasada, parece que fue redactada por los mismos señores que te venden Magna o Premium. La captura regulatoria ocurre cuando los payasos y los leones se encargan de dictar las normas con las que funciona el circo. La NOM de 2005 establece que las gasolineras no están obligadas a contar con los instrumentos de control y verificación que transparenten la venta de combustible. Tampoco existía una regla que especificara el tipo de software que controla la operación de las bombas. De esta laguna normativa emanó un océano de combustible donde los litros no eran de a litro. La regulación estaba claramente diseñada para amarrarle las manos a la Procuraduría Federal del Consumidor. A pesar de esto, entre 2008 y 2010, Profeco inmovilizó el 26% de las bombas verificadas, con un perjuicio al consumidor calculado en 622 millones de pesos anuales.

Se podría pensar que en un país donde existe un proveedor único de combustible sería relativamente fácil saber cuántos litros vende cada gasolinera. Sólo bastarían dos instrumentos de medición: uno en los tanques de almacenamiento donde las pipas de Pemex descargan el combustible y otro en las bombas donde los despachadores "llenan" el tanque de los clientes. Sin embargo, durante el...

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