Juan E. Pardinas/ La suma de todos los atrasos

AutorJuan E. Pardinas

La cultura de la violencia en México ya ha creado su propio lenguaje. Si una matanza ocurre en Sinaloa o Baja California, la autoridad encargada de investigar el crimen explica que la carnicería: "fue un ajuste de cuentas entre narcotraficantes". Si los difuntos eran oriundos de Oaxaca o Chiapas, el procurador estatal de turno repetirá una frase que se desgasta con cada nueva matanza: "fue por un conflicto de tierras". Ambos lugares comunes son pronunciados con cierto tono de resignación, como si la violencia derivada del tráfico de drogas y de las disputas agrarias fuera un ingrediente irremediable de la vida nacional.

La resignación de los poderes públicos, ante su propia negligencia, es un sentimiento templado por la evidencia empírica. En el medio rural, la masacre más reciente siempre se parece a la anterior, lo único que cambia es el número de viudas y huérfanos. Como obras de teatro con un mismo guión, estas tragedias se escenifican en cuatro actos:

1) Las comunidades avisan a la autoridad de que existe un peligro inminente, ésta desoye las advertencias. 2) Al borde de un camino solitario surge una emboscada. La lluvia de plomo choca contra huesos y perfora órganos vitales. 3) Llegan las cámaras y los micrófonos para registrar la hilera de ataúdes y el llanto de los deudos. Las autoridades buscan un chivo que los expíe de sus omisiones. 4) La noticia de la matanza es desplazada de los titulares y paulatinamente se diluye en las páginas interiores de los diarios. Los hombres que perdieron la vida quedan inmortalizados en un dato estadístico.

Como lo demuestran los acribillados de Agua Fría, estas tragedias siempre tienen antecedentes y secuelas. La muerte ya había pasado por los rumbos de Xochiltepec, con matanzas en los años de 1986, 1995 y 1998. En un país civilizado, el gobernador José Murat hubiera tenido que renunciar como responsable político de la entidad, pero en nuestro país las cosas funcionan de manera distinta. En la página de Internet del gobierno estatal aparece el lema Oaxaca reflejo espiritual de México. A la sombra del asesinato colectivo, la frase adquiere un matiz particular. El estado del istmo es, más bien, un reflejo de nuestros atrasos económicos, políticos y jurídicos.

¿Mataría usted por preservar su empleo? Imagine, por un momento, que en el lugar donde usted nació, y del que jamás ha salido, sólo existe un tipo de trabajo para usted y su familia; por falta de oportunidades para el desarrollo personal ésa es...

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