Juan Villoro / Dignamente desleal

AutorJuan Villoro

En 1971 Daniel Ellsberg entregó al New York Times 7 mil páginas con secretos del gobierno de Lyndon B. Johnson. Ellsberg tenía acceso a material clasificado. Harto de las mentiras sobre la guerra de Vietnam, filtró la información que se conocería como los "papeles del Pentágono".

El impacto de Ellsberg fue demoledor. 1971 marcó un hito en el derecho a la información. Ese año Julian Assange nació en Australia. Gente de su época, creció para perseguir datos escondidos y se convirtió en hacker con conciencia social. En 2006 fundó WikiLeaks, empresa dedicada a filtrar información en la red. Durante años, usó el seudónimo de Mendax en alusión a una expresión de Horacio: "splendide mendax" (dignamente desleal). No se trata de un indiscreto descifrador de passwords privados, sino de un vengador anónimo en busca de secretos de interés público.

La noticia del momento es que el extraño Míster Mendax tiene a su disposición 250 mil documentos secretos del Departamento de Estado norteamericano, de los que ya dio a conocer 500. ¿Cómo calibrar el efecto que tendrán en la sociedad de la información?

El periodista y escritor venezolano Ibsen Martínez me puso en la pista de la "teoría del cisne negro" desarrollada por el ensayista libanés Nassim Nicholas Taleb. ¿Qué es lo que singulariza a un acontecimiento? De acuerdo con Taleb, en términos históricos un cisne negro es un fenómeno que tiene impacto masivo, desafía las probabilidades y suscita explicaciones retrospectivas que tratan de verlo como predecible. La Primera Guerra Mundial, internet y el 11 de septiembre son ejemplos de cisnes negros.

El caso de WikiLeaks tiene este plumaje. Amazon expulsó a la compañía de sus servidores y la Casa Blanca nombró a un zar antifiltraciones. Russell Travers, experto en el combate al terrorismo, se transformará en plomero digital para contener el goteo de información.

Mientras tanto, Míster Mendax permanece oculto, no sólo por las posibles consecuencias del escándalo noticioso, sino porque tiene demandas de acoso sexual y violación en Suecia. Antes de esfumarse, Assange dijo que las acusaciones tenían motivación política. A WikiLeaks no le faltan enemigos. Lo cierto es que el especialista en transgresión ha traspasado límites decisivos.

Aún es pronto para evaluar el impacto de su caja de Pandora. Hasta ahora, las filtraciones sorprenden más por el tono que por el contenido. Los informantes del gobierno de Estados Unidos aparecen como una pandilla paranoica, intrigante...

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