Juana Inés Dehesa / Lademalas

AutorJuana Inés Dehesa

La frase "vayaserlademalas" (así, todo junto) es la representación perfecta de que los mexicanos pensamos que el universo está gobernado por una especie de demiurgo perverso que no es que juegue a los dados, como reza la tan traída y llevada frase de Einstein (que, junto a Churchill, ora resulta que lo dijo TODO y se le ocurrió TODO, ¿se han fijado?), sino que juega como a las matatenas. Según esta idea del mundo, cada determinado tiempo ese personajito dado a las travesuras decide botar una pelotita, tomar en sus manos gigantes a un puñado de seres humanos y aventarlos contra el piso. Y ahí es cuando sucede "lademalas".

Entiéndase, no tiene nada que ver con las acciones individuales y las decisiones libres y autónomas de cada mexicano. Simplemente, acontece. Uno está tan tranquilo, mandando a su adulta mayor de confianza a que se vaya al parque a dar la vuelta, porque dice el doctor que le viene muy bien salirse a orear de vez en cuando, y ¡zas!, lademalas, que se suelta a llover como si Tláloc tuviera que acabarse el presupuesto y que uno tiene que salir corriendo con el paraguas, la manga o una bolsa del Soriana, ya de perdis, a rescatar a la anciana antes de que se le moje el pelo y quede más chorreada que el del final de Muerte en Venecia. ¿Ven? Fue lademalas. Nada tuvo que ver que fuera pleno julio, que el cielo estuviera negro como mi conciencia y que hubieran caído tormentones una semana completa.

Así, también, los políticos mexicanos. Pobrecitos. Siempre les toca lademalas. Que les dicen que mejor sí hay que...

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