Juana Inés Dehesa / ¿Po' ké no?

AutorJuana Inés Dehesa

Ay, ora resulta que para ver personajes imaginarios por la vida hay que bajar una app. Pofabooo. Les puedo asegurar que cualquier individuo que lleve más de dos semanas inhalando escapes, brincando charcos y, en cualquier sentido, intentando sobrevivir a esta ciudad, ya es capaz de percibir seres gorditos y amarillos en todas y cada una de las esquinas. En ese sentido, los japoneses no nos vienen a enseñar nada nuevo.

Es más, que alguien lo diga de una vez: los señores de Nintendo podrán decir lo que quieran, y los ñoños hijos de su Cupertina madre pueden perorar durante horas y felices días sobre las enormes posibilidades de la realidad virtual, o de la realidad aumentada, o de la tía Queta, pero, si hemos de ponernos muy sinceros, esa app no es más que lo que en mis tiempos se conocía como un rally. Nomás que en lugar de disfrazar al vocho amarillo de pollito y salir corriendo a recolectar un lápiz rojo Baco y el nombre del niño héroe que se envolvió en la bandera, tiene uno que pararse como un lelo frente a una glorieta (con peligro de que le pongan la araña si en su frenesí dejó aventado el vocho, lo cual ya eleva el coeficiente de lelez a niveles francamente insospechados), y arrojarle a una criatura imaginaria unas municiones conocidas como "pokebolas" (tengo un amigo que ríe cual adolescente cada vez que escucha el término; ternurita), hasta que, por designios de alguna deidad nipona, el personaje en cuestión se rinde y uno puede continuar su misión.

Bueno, eso los que ya tienen la...

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