Juega con sus paisanos

AutorAlberto Castillo

Juguetón y generoso, Fito Paez regaló la noche del viernes un extenso concierto en el Teatro Metropólitan, donde reunió a varios de sus amigos, tanto en el escenario como entre las butacas.

En su retorno a ese inmueble luego de cuatro años, el argentino aprovechó la ocasión para compartir su show con algunos paisanos: no sólo cantó a dueto con Fabiana Cantilo, sino que invitó al escenario a la pianista Laura Vázquez y al guitarrista Carlos García López, mientras desde las primeras filas lo observaban diversas personalidades, como el cineasta Arturo Ripstein.

Delirante frente al piano y en la guitarra eléctrica por más de dos horas, Paez ofreció además su versión a un par de temas de Charly García.

Entre compatriotas

Después de que Laura Vázquez abrió el show con cinco temas, el rosarino, vestido completamente de rojo -hasta los tenis-, se plantó frente a su piano de cola para prometer un recital especial.

"Hace mucho tiempo que no tocamos aquí, así que vamos a tener un concierto largo", gritó, luego de haber iniciado con "Abre".

Acompañado por su viejo conocido Guillermo Vadalá en el bajo, pero también por jóvenes músicos como Gonzalo Aloras (teclados y guitarra), Claudio Cardone (teclados), Anita Alvarez de Toledo (voz) y Emmanuel Cauvet (batería), además del uruguayo Nicolás Ibarburú (guitarra) y los cubanos Ponchito de Arrinaga (saxos), Carlos Huerta (flautas) y Adrián Elizarra (trombón), Paez prosiguió con la lennoniana "Al Lado del Camino".

Antes de que la llamara al escenario, Paez ofreció "Algo Mejor", un tema conocido en la voz de Fabiana, en cuyo final incluyó algunos versos de "No Voy en Tren", de las más conocidas melodías de Charly.

El sudamericano resultó imán evidente de algunos compatriotas, y causó especial alegría con su clásico ochentero "Yo Vengo a Ofrecer mi Corazón", que cantó de pie, en el límite frontal del escenario.

Después del equilibrio entre la romántica "Dos en la Ciudad" y la energética "Es Sólo una Cuestión de Actitud", Paez confesó que la capital le había jugado sucio: "¿¡Me mata la altura!", dijo agitado.

Su mirada irónica sobre la actualidad argentina en "La Casa Desaparecida" provocó que algunos admiradores prendieran sus encendedores durante la pieza, largamente aplaudida.

Sabedor de que un solo acorde puede evocar avalanchas de recuerdos, volvió al pasado con "11 y 6" y "Tumbas de la Gloria".

Vino luego otro cóver a Charly en la potente "Cerca de la Revolución", antes de que Fabiana, anunciada...

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