Un juego peculiar

AutorJuan Carlos Molina

A unos pocos kilómetros de la zona arqueológica de Teotihuacan se localiza un nuevo lugar donde los visitantes pueden conocer más del juego de pelota y sumergirse en este deporte prehispánico.

Se trata de la cancha Tlaschko, de 9 metros de ancho y 15 de largo, inspirada en los campos que se encuentran en las zonas arqueólogicas de Monte Albán, en Oaxaca, y Cantona, en Puebla.

Este proyecto no está vinculado con el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), sino que es una iniciativa del Centro Cultural Tolteca de Teotihuacan A.C., de la agencia Gorila's Tours y del Instituto Memnosyne. Ésta última es una organización con sede en Dallas cuyo objetivo es ayudar a las comunidades del mundo a manejar los efectos de la globalización.

"Buscamos que tuviera las características de hace 700 o 800 años, cuando se construyó la última cancha, para poder prestarlo a la gente que se dedica a jugarlo. Desafortunadamente todavía hay quienes lo juegan en un lugar improvisado", afirma Tonatiuh Cervantes, Director del Centro Cultural de Teotihuacan.

Durante la construcción este espacio se utilizó material de la Sierra del Patlachique, y las piedras fueron talladas a mano.

Para el 2020, se espera contar con recursos para invitar al público a tomar clases e incluso formar una liga. Por ahora, los visitantes están invitados a presenciar un espectáculo en el que participan jugadores de pelota y danzantes de la Ciudad de México.

"Es una obra...

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