Una juez, dos abogados y un heredero agraviado

AutorSilvia Isabel Gámez

Ilegal e irracional. Así califica Robert R. Littman, propietario de la Colección Gelman de arte mexicano, el litigio que mantiene desde febrero con el abogado Francisco Enrique Fuentes Olvera por la posesión de las obras que conforman este acervo privado, uno de los más valiosos del País.

"Se trata de un litigio absolutamente injustificado, que sólo podría plantearse desde la ambición desmedida. Un litigio que sólo podría iniciarse en un contexto de irregularidad, donde hay jueces dispuestos a violar la ley".

Littman acusa a la Juez 21 de lo Familiar, Celia Carmen Santos Herrera, de incumplir el testamento de Natasha Gelman, fallecida en 1998, al ordenar su remoción del cargo de albacea y nombrar en su lugar a Fuentes Olvera.

"Considero que esta actuación demerita la imagen de los tribunales del Distrito Federal y es una causa para que los ciudadanos no confíen en las instituciones que imparten justicia", dice el curador en entrevista vía correo electrónico, debido a que se encuentra fuera del País.

En su testamento, Gelman designa como albaceas sustitutas a Janet C. Neschis y Marylin Gelfand Bloom de Diamond en caso de remoción de Littman, a quien designa legatario y albacea de las 95 obras pertenecientes a artistas como Frida Kahlo, Diego Rivera y David Alfaro Siqueiros.

Enrique Fuentes León, padre de Fuentes Olvera y dueño de un historial que lo hizo ser temido hace años en los juzgados del País, litiga con su hijo por la custodia de la colección. Esta posibilidad se abrió después de que en octubre de 2007 el abogado adquiriera del medio hermano de Natasha, Mario Sebastián Zawalka, fallecido este año, los derechos hereditarios sobre los bienes no incluidos en el testamento.

Para el ex director de los museos Rufino Tamayo y Centro Cultural Arte Contemporáneo resulta claro que el interés de los abogados Fuentes por las obras obedece a un afán mercantilista.

"Estos señores ni siquiera conocieron a los Gelman y ahora quieren apropiarse de su legado cultural. Todos los datos disponibles indican que la intención es apoderarse de las obras y venderlas para su propio lucro".

La validez del testamento no ha sido impugnada por Fuentes Olvera; tampoco la propiedad de Littman. Su lucha es por conseguir hacer efectivo su nombramiento de albacea, contra el que se ha amparado el curador.

"No tiene sentido", dice Littman, "que alguien diga que reconoce que unos bienes son tuyos, pero mientras te los entrega, tiene derecho a poseerlos. Así de absurda es...

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