Julia Carabias / Amenazas en Cuatrociénegas

AutorJulia Carabias

A Julio Carrera, recordando su incansable batalla.

El Valle de Cuatrociénegas en Coahuila, inmerso en el desierto chihuahuense, es un espacio natural único compuesto de lagunas y humedales que, por su valor ecológico y biológico, fue decretado como área de protección de flora y fauna hace casi 20 años. Además, está reconocido mundialmente dentro de la Convención sobre Humedales de la UNESCO. A pesar de su enorme importancia ecológica, los humedales se encuentran amenazados por el abuso del agua que, por muchos años, han hecho los ranchos vecinos con la complacencia de las autoridades.

Una característica única de este valle son sus depósitos naturales de yeso, producto que hace 90 millones de años se encontraba bajo el mar. Se trata de un conjunto de áreas inundables, permanentes o temporales, que captan las escorrentías de la cuenca durante las grandes tormentas. Al no ser el recurso hídrico un factor limitante en esta área, se establece una biodiversidad muy diferente a la del resto de su entorno desértico. En este refugio, de extrema belleza, habitan más de mil especies de flora y fauna, acuática y terrestre, de las cuales 80 son endémicas y varias se encuentran en peligro de extinción. Las investigaciones demuestran que es, además, un sitio excepcional por la presencia de cientos de millones de especies microbianas, también endémicas. Esta unicidad no parece tener ningún valor para los rancheros que abusan del agua del valle para una agricultura que resulta irracional e ineficiente.

Anualmente brotan de las pozas del valle 100 millones de metros cúbicos, de los cuales 77 millones salen de la cuenca por medio de obsoletos canales de riego agrícola, por donde se fuga la mayoría del agua. Este volumen se usa para producir, entre otros productos, alfalfa, el cultivo más demandante de este líquido. El remanente de agua no es suficiente para mantener las funciones naturales del ecosistema, por lo que la superficie del humedal se ha reducido considerablemente tras años de exprimirlo; se han desecado ríos, lagunas, arroyos y pozas, entre ellas la conocida como la Poza Bonita, casa de tortugas endémicas, que ya no existe. Si las tendencias actuales se mantienen y no se actúa con urgencia y energía para revertirlas, esta maravilla natural, y única, desaparecerá.

Ante esta situación, hace seis años, el presidente de la República instruyó la implementación de un programa de modernización de los sistemas de riego del Valle de Cuatrociénegas que...

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