Julia Carabias / Residuos sólidos

AutorJulia Carabias

Hace casi 10 años se promulgó la Ley General para la Prevención y Gestión Integral de los Residuos (LGPGIR) cuyo objetivo es ofrecer el marco legal para resolver el problema de la contaminación ambiental ocasionada por el manejo inadecuado de los residuos sólidos urbanos, de manejo especial, peligrosos y mineros, que afectan nocivamente a la salud de la población y a los ecosistemas, así como para promover cambios en las prácticas de producción y consumo, minimizando la generación de residuos y maximizando su reutilización y valorización.

En el pasado, la legislación ambiental mexicana incluyó disposiciones sobre este tema, logrando avances significativos pero insuficientes. Uno de ellos fue el principio de "el que contamina paga" y responsabilizar de su disposición adecuada a quienes generan dichos residuos. Este principio se aplicó sobre todo en el manejo de los residuos peligrosos, lo cual llevó a establecer los arreglos institucionales correspondientes para su gestión dentro de las instituciones federales ambientales y, a la vez, sentó las bases para la creación de mercados de servicios y de infraestructura para su manejo integral por parte de la inversión privada.

No ocurrió lo mismo con los residuos sólidos urbanos. Los municipios, responsables de prestar los servicios de limpia, traslado, tratamiento y disposición final de residuos, no aplicaron este enfoque y se han resistido a cobrar por estos servicios. La falta de cobro, por un lado, no alienta a los generadores de los residuos a minimizarlos o a aprovecharlos, y por el otro, se carece de recursos económicos para el fortalecimiento de dichos servicios.

Con la entrada en vigor de la LGPGIR, se abrió la misma posibilidad para la inversión privada en la creación de infraestructura para el manejo integral de los residuos sólidos urbanos de grandes generadores y de los residuos de manejo especial. Sin embargo, el reglamento de la ley volvió a enfocarse a los residuos peligrosos, dejando atrás a los demás residuos.

El problema no está resuelto y, si no se atiende, se corre el riesgo de empeorar a consecuencia de la complejidad de los materiales que componen los residuos sólidos, del incremento poblacional, del crecimiento económico y, por ende, del aumento del consumo.

Se carece de un diagnóstico preciso de los volúmenes generados de estos residuos y de su disposición final, pero se cuenta con suficiente información como para promover una estrategia diferenciada en el país. Tan sólo el...

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