Kanayo F. Nwanze / Agricultura familiar, para un desarrollo sostenible

AutorKanayo F. Nwanze

Cuando nos detenemos a observar el mundo de hoy, vemos que se han alcanzado logros extraordinarios, pero también que existen desafíos abrumadores. El Objetivo de Desarrollo del Milenio de reducir a la mitad las tasas de pobreza extrema se cumplió a nivel mundial cinco años antes del plazo establecido de 2015. En estos momentos, hay más de 100 países a los que se considera de ingresos medios, incluido México; y actualmente en América Latina hay más personas clasificadas como de clase media que como pobres. En países como el Brasil, la Argentina y Chile, la clase media constituye la mayor parte de la población.

Sin embargo, en medio de la afluencia que emerge en ciertos países y regiones, también se percibe una desigualdad creciente. En 2015, todavía habrá 970 millones de personas viviendo en la pobreza. Además, seguirá habiendo más de 842 millones de personas en el mundo que padecen de desnutrición crónica. Y si bien hay que celebrar los progresos conseguidos con respecto a los Objetivos de Desarrollo del Milenio, no podemos evitar sentir inquietud ante el hecho de que todos los logros conseguidos por la humanidad se vean gravemente ensombrecidos por el cambio climático y la degradación ambiental.

América Latina ha logrado progresos notables en lo que respecta al desarrollo. Sin embargo, el Banco Mundial estima que se necesitarán otros 35 años para que en América Latina se pueda disfrutar del nivel de vida que la población de los países ricos alcanzó en el año 2000.

Es posible que estos hechos no resulten sorprendentes, pero hay uno que quizá lo sea: tres cuartas partes de la población más pobre del mundo vive en zonas rurales. La brecha entre ricos y pobres es principalmente una brecha entre poblaciones urbanas y rurales. Mientras reflexionamos sobre un programa de desarrollo nuevo que suceda a los Objetivos de Desarrollo del Milenio, tenemos que ser conscientes de que para erradicar la pobreza y el hambre, el crecimiento deberá ser inclusivo y alcanzar a aquellos situados en las áreas más remotas y marginales.

Esto no va a ocurrir de forma automática. La falta de acceso a los mercados, los servicios, la financiación y los conocimientos mantienen rezagadas a las zonas rurales, y estas deficiencias deben subsanarse adoptando medidas bien centradas y cuidadosamente estudiadas. Si queremos erradicar el hambre y la pobreza y crear un mundo mejor y más sostenible, será necesario aumentar las inversiones que recibe la población rural. Con este...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR