Kofi Annan / Tiempos de renovación en la ONU

AutorKofi Annan

Recientemente presenté mi informe titulado "Un concepto más amplio de la libertad". Fue en el primer día de la primavera, y espero que este informe constituya un nuevo punto de partida para el Sistema internacional y para las propias Naciones Unidas.

Algunos estimarán que ésta es una declaración sorprendente y pretenciosa de una organización que les parece parte de un orden mundial anticuado, orden que en cualquier caso poco tenía que ver con la libertad.

Pero las palabras "un concepto más amplio de la libertad" están tomadas del preámbulo de la Carta de las Naciones Unidas, que empieza "Nosotros los pueblos", palabras que constituyen el título del Informe sobre el Milenio que presenté hace cinco años. En ambos casos quería recordar a los gobiernos del mundo, que me confirieron este cargo y ante quienes debo responder, que están en las Naciones Unidas para representarse no sólo a sí mismos, sino a sus pueblos, que confían en que han de trabajar unidos en pro de los objetivos enunciados en la Carta.

Esos objetivos pueden resumirse como paz, derechos humanos, justicia y desarrollo, pero en 1945 esta última palabra no estaba tan en boga como en la actualidad. La expresión que figura en la Carta es "Promover el progreso social y ... elevar el nivel de vida dentro de un concepto más amplio de la libertad".

Con esa frase magnífica nuestros fundadores señalaron claramente que el desarrollo es posible sólo en condiciones de libertad y que la gente sólo puede beneficiarse de la libertad política si tiene al menos una buena posibilidad de alcanzar un nivel de vida decente.

Pero puede interpretarse "que un concepto más amplio de libertad" abarca también los otros objetivos. Se puede ser auténticamente libre sólo si se está amparado de la guerra y la violencia, y si la legislación garantiza los derechos fundamentales y la dignidad. Los derechos humanos, el desarrollo y la seguridad son interdependientes, y en su conjunto dan como resultado una libertad más amplia.

Constituyen además los tres elementos principales de una plataforma de las Naciones Unidas que puede resultar claramente atractiva a escala mundial: objetivos simples, fácilmente comprensibles, de importancia evidente para la persona común, ya sea ciudadana de Londres o de Nueva York, que teme otro ataque terrorista, o el habitante de un cinturón de miseria o una aldea de América Latina y África en que las amenazas más inmediatas parecen ser el hambre, la enfermedad, la desertificación y los...

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