Kosovo o Serbia: ¿Quién llegará primero a la democracia?

The Economist

PRISTINA, Yugoslavia.- Qué lugar se convertirá en una democracia decente primero, ¿Kosovo o la propia Serbia? La respuesta afectará enormemente el resultado de la batalla sin resolver entre los serbios, quienes esperan que la provincia separada permanezca dentro de su órbita, y los albaneses de Kosovo, quienes exigen su independencia.

Si Kosovo parece incapaz de convertirse en un estado decente regido por las leyes, aun bajo tutelaje occidental, el argumento de sus líderes para romper finalmente con la Federación Yugoslava se debilitará, especialmente cuando la misma Serbia se torna más democrática después de la celebración de las elecciones presidenciales y parlamentarias del fin de semana.

Esa puede ser una razón por la que Belgrado ha intentado, desestabilizar a Kosovo, y hacerle la vida difícil a sus administradores internacionales, quienes se preparan para llevar a cabo elecciones locales a finales de octubre.

A principios de este mes, Milosevic envió mañosamente una delegación de su partido a Kosovo para instar a unos 100 mil hombres de origen serbio que aún vivían ahí para que votarán en las elecciones yugoslavas.

Eso puso a Bernard Kouchner, el francés encargado de administrar la provincia, en una disyuntiva. ¿Debía permitir a los serbios votar en lo que aún es, bajo términos de las resoluciones de la Organización de la Naciones Unidas (ONU), su propio país? ¿O debía insistir en que, a causa de problemas de seguridad, ninguno de los residentes de Kosovo tomara parte en las elecciones de Yugoslavia?

A final de cuentas, salió con una tontería. Aunque denunció las deficiencia del proceso electoral realizado por Belgrado, estuvo de acuerdo con que los serbios locales debían participar, y prometió que la Organización del Tratado Atlántico Norte se esforzaría para que lo hicieran bajo condiciones seguras.

Pero además de lidiar con los serbios, los protectores internacionales de Kosovo han recibido algunas señales preocupantes y contradictorias de parte de los políticos albaneses de la provincia balcánica.

Al menos en privado, muchos de ellos confiesan que preferirían que Milosevic permanezca en el poder; de esa manera Serbia seguiría siendo un paria, y ellos continuarían recibiendo ayuda internacional.

Pero esos argumentos maquiavélicos no son los usados en público por los políticos kosovares. En lugar de eso, Hashim Thaci, ex comandante de...

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