Por el laberinto del general

AutorJulián Varsavsky

Bolívar está muy de moda en Venezuela. Frente a una esquina de la Plaza Bolívar caraqueña, en la fachada de un edificio, hay desde hace unos meses un par de gigantografías de cuatro metros, con la ya famosa reproducción del rostro de Simón Bolívar reconstruido por científicos con base en los datos que aporta su cráneo.

La deducción virtual de lo que fue su rostro la hizo una empresa francesa especializada en este tipo de estudios, petición hecha por el propio Hugo Chávez, para conmemorar el 229 aniversario del natalicio del héroe. El resultado fue presentado el 24 de julio, y desde entonces miles de venezolanos usan playeras con la cara "real" de Simón Bolívar.

En tiendas, oficinas y casas de toda Venezuela se ven por estos días pósters con el "nuevo rostro" del Libertador, que son regalados también por revistas y diarios para reforzar sus ventas.

El fervor por Bolívar entre los venezolanos viene de tradición. Casi cada ciudad y pueblo del país tiene su Plaza Bolívar con estatua ecuestre en mitad de un espacio con muchos árboles.

Desde hace décadas los estudiantes aprenden de memoria los pensamientos del Libertador, y el polémico presidente lo cita casi todos los días. Y hay quienes de plano se lo tatúan.

Es decir, un poco a la manera del rostro del Che, Bolívar se ha convertido en Venezuela en todo un ícono pop. Lejos de la banalización, ha adquirido también un contenido político actual -el país se llama desde hace unos años República Bolivariana de Venezuela- y mucha gente suele conocer al dedillo los episodios de su vida.

DE PLAZA EN PLAZA

Nuestro recorrido por la Caracas del prócer independentista comienza en la Plaza Bolívar, claro, que ha sido el corazón mismo de la ciudad desde el momento de su fundación en 1567. Era la Plaza Mayor, alrededor de la que se demarcaron las 25 manzanas originales de la ciudad, y el entorno de la plaza aún conserva algo de su encanto colonial.

En su origen, éste fue el centro del comercio en la ciudad, donde con el tiempo serían fusilados los enemigos de la Corona española. De sus jacarandas hoy bajan ardillas negras que los niños alimentan con galletitas, mismas que éstas comen directamente de su mano. La decoración de la plaza incluye cuatro fuentes doradas con querubines y una gran estatua ecuestre de Simón Bolívar fundida en Munich en 1874.

El circuito bolivariano continúa a pie hacia la llamada Plaza del Venezolano, a unos 100 metros de la de Bolívar. Guiados por Yolbert, un mulato de casi dos metros con gorra de...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR