Labor humanitaria sin fronteras

AutorTania Romero

El haber sido afectada por el virus chikunguña -similar al dengue, transmitido por un mosquito y que en diciembre impactó América y ya registró un caso en el País- no detiene a Teresa Gadsen en su deseo de conceder una entrevista y, menos aún, la hace pensar en regresar a México.

Pese a la enfermedad, que produce fiebre intensa y dolores de las articulaciones, la pediatra de 32 años vive con el compromiso que adquirió desde 2012 con la organización humanitaria internacional Médicos sin Fronteras (MSF) y que, actualmente, la tiene en las Antillas ayudando a niños.

"Estoy en mi tercera misión, en Leogane, Haití, en donde MSF tiene un hospital que fue construido poco después del terremoto de 2010. Aquí tenemos una gran sala de neonatología donde se reciben casi 150 bebés cada mes; también, una sala de pediatría con 16 camas, siempre ocupadas con pacientes con enfermedades graves", comenta.

Hace más de un año y medio, esta egresada de La Salle y la UNAM se unió a la organización, por lo que ha realizado misiones humanitarias en Níger y República Democrática del Congo.

"Es un trabajo muy interesante y emocionante, pero también puede ser triste y frustrante. Es una labor muy intensa, la chamba jamás se acaba, los pacientes llegan en todo momento y no hay más que buscar otra cama o un colchón para recibir a un niño y luego a otro y a otro".

Sin embargo, este trabajo también le da muchas satisfacciones personales y profesionales.

"Lo más gratificante es ver cómo un niño desnutrido empieza a recuperase, a reír y a jugar de nuevo; las carcajadas de las mamás cuando haces un intento lamentable por hablar la lengua local; las muestras de cariño del personal nacional con el que trabajas", refiere.

Ella considera que MSF la convierte en una ciudadana del mundo con hermanos en distintos países. Ahora trabaja con personas de 10 nacionalidades, sólo falta un australiano para tener representación continental total.

Sus misiones

Tere cursaba la prepa cuando vio un documental del trabajo de Médicos sin Fronteras (MSF) en un hospital en Asia, lo que la impresionó mucho y, desde entonces, quiso hacer algo parecido.

Cuando terminó la carrera de Medicina en la Universidad La Salle y la especialidad en Pediatría en la UNAM, contactó a MSF para ver si podía trabajar con ellos, pero en ese momento no había oficina en el País y el proceso de reclutamiento era algo complicado; además, necesitaba tener experiencia, la cual adquirió después en el Hospital Infantil de...

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