De cómo los legisladores llegaron a San Lázaro

AutorAlejandro Rosas

La historia mexicana puede ser contada a través de sus recintos legislativos. Desde 1821 -año en que México nació a la vida independiente-, 16 construcciones han albergado en sus muros al Congreso de la Unión.

Templos, teatros, colegios religiosos, auditorios y hasta el inmueble que ocupara un circo y un estadio deportivo fueron acondicionados para recibir permanentemente al poder Legislativo, y, ocasionalmente, al Ejecutivo cuando, por mandato de ley, debía presentar sus informes a la Nación. En esos edificios, el Congreso redactó a través de leyes -escasamente sabias y justas- la historia de México.

La instalación del primer Congreso del México independiente se realizó el 24 de febrero de 1822 en la Catedral Metropolitana, cuando en el horizonte político asomaba el imperio de Iturbide. Luego de la magna ceremonia, los diputados ocuparon el viejo colegio jesuita de San Pedro y San Pablo.

El recinto presenció el ascenso de Iturbide (1822), la disolución del Congreso y su posterior restauración -que llegó acompañada con la abdicación del Emperador (1823), la jura de la primera Constitución (1824) y la elección del primer Presidente constitucional, Guadalupe Victoria.

En 1829, la Cámara de Diputados comenzó su largo peregrinar y cambió de lugar. Un elegante salón en el Palacio Nacional fue su sede hasta septiembre de 1847, cuando los poderes de la federación se trasladaron a Querétaro, mientras las tropas estadounidenses ocupaban la capital de la República. No fue, sin embargo, la única vez que el Congreso sesionó fuera de la Ciudad de México.

Durante la guerra contra la intervención francesa y el imperio de Maximiliano (1862-1867), la Cámara de Diputados, que acompañaba al Presidente Juárez, ocupó el Colegio Guadalupano de San Luis Potosí (9 de mayo-12 de julio de 1863). Ante el avance incontenible de las tropas francesas, el Gobierno republicano se replegó hacia el norte del País y en 1864 se estableció en Saltillo.

El Congreso encontró su nueva sede en la Casa del Obispado, pero sólo sesionó por algunos días, los suficientes para otorgarle facultades extraordinarias a Benito Juárez y desintegrarse hasta que la situación política del País favoreciera a los republicanos.

Con excepción de los periodos en que México fue ocupado por fuerzas invasoras, el Congreso sesionó en Palacio Nacional hasta 1872. La Constitución de 1857 fue jurada en uno de los salones del viejo palacio virreinal y al triunfo de la República en 1867, el Salón de...

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