La República de las Letras

AutorHumberto Musacchio

La cultura, ausente del informe presidencial

No debiera extrañar, pero el hecho es que la cultura otra vez estuvo ausente del informe presidencial. Malamente, pues los presupuestos del ramo han crecido al ritmo de la inflación y no se han suprimido las becas, ni los fondos destinados a los muy diversos programas que atienden tanto el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes como el Fonca. La omisión obedece más bien a una evidente falta de sensibilidad, pues la creación artístico-intelectual no está entre las preocupaciones del Ejecutivo. Desde las alturas tecnocráticas, la cultura se ve como un trasto inútil, una partida de gastos para mantener tranquila a la improductiva hueste de los intelectuales y, en el mejor de los casos, un objeto decorativo que antes se dejaba en manos de las hermanas o de la esposa; una especie de árbol de Navidad que los gobiernos ponen junto a la chimenea para darse calor y color en el gélido invierno contable en el que se mueven los apóstoles del neoliberalismo. Por eso, la ausencia de la cultura es explicable, aunque si se entiende el informe como una ceremonia con abundante quema de incienso, una feria de autoelogios, los presidentes tienen ahí toda una mina que pueden explotar en su beneficio. Zedillo hace mal en olvidarlo.

Fox, sin programa; Krauze se lo prepara

Ya lo sabíamos. Vicente Fox Quesada ganó las elecciones sin tener una idea clara del país que va a gobernar ni de las necesidades y potencial de los mexicanos. Como informó REFORMA hace unos meses, un grupo de asesores le preparó un dizque "programa de cultura" que era una sarta de ingenuidades, lugares comunes y muestras de analfabetismo salpicados con la advertencia de que se censuraría todo aquello que atentara contra la moral y... ¡la ecología! Por supuesto, una tontería como aquellas no podía ser asumida por el entonces candidato del PAN, pero mostraba la catadura ignorante y represora del que será en tres meses partido en el poder. Otras propuestas circularon en los meses previos a la elección y después de ésta Fox convocó a una supuesta reunión con intelectuales a la que asistieron muchos empresarios, no pocos políticos de derecha, funcionarios culturales del Gobierno de Zedillo y hasta una docena de creadores a los que, desde luego, Fox y sus asesores no conocían ni de oídas. Por eso se hacía necesario que alguien del ámbito intelectual, en este caso Enrique Krauze, entrara al quite y le diera al Presidente electo la manita que tanta...

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