La República de las Letras

AutorHumberto Musacchio

Mercedes Iturbe y las contralorías

Mercedes Iturbe fue directora del Instituto de Cultura de Morelos durante el "gobierno" de Jorge Carrillo Olea, periodo en el que desde las oficinas públicas operaba una banda de asaltantes, secuestradores y asesinos que impusieron un régimen de terror en esa entidad. Recientemente, Carrillo Olea fue exonerado de los cargos que pesaban en su contra; lo que muestra, si hiciera falta, que el sistema judicial mexicano está diseñado para brindar una generosa impunidad a los poderosos. Al perder la señora Iturbe su empleo en Morelos, manos amigas la acogieron en el INBA, donde fue nombrada directora del Museo del Palacio de Bellas Artes, cargo que desempeña hasta la fecha. Contra ella, la Contraloría morelense abrió cuatro juicios que, uno tras otro, se han resuelto en favor de la funcionaria. Hoy, cuando el cuarto y último caso también tiene un fallo absolutorio y sólo resta saber si procederá el amparo interpuesto por la Contraloría de Morelos, Iturbe se apresta a demandar al Poder Ejecutivo de ese estado por daño moral, pues Emma Margarita Alemán Olvera, entonces contralora general de Morelos, declaró en el 2002 que Iturbe se había apoderado de fondos tomados "de las taquillas de los foros públicos que administraba", lo que hasta ahora no ha podido demostrar.

Famas dañadas e interdicción

Si, como es previsible, resulta improcedente el amparo promovido por la Contraloría de Morelos, la señora Iturbe estará en todo su derecho de demandar al Ejecutivo de ese estado, pues reales o presuntas irregularidades administrativas, asuntos de mera técnica contable se convirtieron en acusaciones que pusieron en duda la honorabilidad de la acusada; lo que es del todo injusto, pese a que la señora ciertamente está acostumbrada a actuar en forma prepotente con el apoyo de amigos poderosos, lo que incluso la hace creer que la prensa debe estar a su servicio. Alguna vez reclamó airadamente a este columnista porque había publicado que los juicios entablados en su contra por el Gobierno de Morelos, mientras estuvieran en curso, la inhabilitaban para ocupar cargos públicos. Saúl Juárez, director general del INBA, respondió entonces que toda persona es inocente mientras no se le demuestre su culpabilidad. Saúl es abogado y debe saber lo que dice, pero mantenemos nuestro punto de vista sobre un funcionario que tiene un juicio abierto por manejo de fondos: mientras no se le declare inocente o no se desechen las acusaciones, se halla...

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