La República de las Letras

AutorHumberto Musacchio

Premio Nacional de Ciencias y Artes

Apareció la convocatoria del Premio Nacional de Ciencias y Artes 2004, el que consta de seis áreas o "campos", como dice la respectiva ley: lingüística y literatura; bellas artes; historia, ciencias sociales y filosofía; ciencias físico-matemáticas y naturales; tecnología y diseño; y artes y tradiciones populares. Pueden proponer candidatos al premio las dependencias y entidades de los gobiernos federal, estatal y municipal; las universidades e instituciones de enseñanza superior y de investigación, las academias, asociaciones culturales y científicas, las corporaciones profesionales y las organizaciones de artesanos y de cultura popular. Los candidatos deberán ser mexicanos por nacimiento o naturalización y haber contribuido "al enriquecimiento del acervo cultural del país, al progreso de la ciencia, de la tecnología, del arte o de la filosofía" (¿el arte y la filosofía no forman parte del acervo cultural ni científico?). Los candidatos, de acuerdo con la convocatoria, deben pasar por el humillante trámite de decir por escrito que sí quieren el premio. El motivo, ciertamente mezquino, es que el Gobierno trata de protegerse de un eventual rechazo. Las propuestas deben ir acompañadas de acta de nacimiento o carta de naturalización, currículum, semblanza y "los materiales y las pruebas que se estimen pertinentes", lo que es un gesto de menosprecio o desconfianza hacia los integrantes del jurado, a los que uno supone especialistas en los diversos campos del premio y, por lo tanto, personas muy enteradas sobre lo más relevante de su disciplina. Pero se trata solamente de un supuesto, pues el año pasado se otorgó el premio en ciencias sociales a un ilustre desconocido, pese a que tenemos cuatro o cinco científicos sociales de prestigio internacional.

Sari Bermúdez y 'su' candidato

Una muestra de la falta de seriedad que priva en el proceso es que una integrante del Consejo de Premiación, la señora Sari Bermúdez, está convertida en activísima promotora de un candidato para el área de lingüística y literatura. Se trata de un escritor respetable, pero constituye una grave irregularidad que la presidenta del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes abandere una candidatura en lugar de limitarse, como disponen la convocatoria y la Ley de Estímulos y Recompensas, a darle curso a las candidaturas que se reciben o, a lo sumo, presentar ternas de las personas con mayor merecimiento para recibir la distinción...

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