La República de las Letras / Humberto Musacchio

AutorHumberto Musacchio

Héctor Azar, la creación

de un público teatral

Una cuantiosa obra dramática, el triunfo de su Olímpica en Nancy y la obtención del Premio Xavier Villaurrutia son algunas de las facetas ineludibles de Héctor Azar. Hombre que buscó y halló los mecanismos para cristalizar en hechos su irrefrenable amor por la escena. Jefe de Teatro de la UNAM de 1954 a 1972 y ocupante del mismo cargo en el Instituto Nacional de Bellas Artes de 1965 a 1972, fue la persona con más poder en nuestro medio teatral. En sus manos estuvo proyectar talentos o frustrar vocaciones. De su voluntad dependió el impulso o la obstrucción de actores, directores, dramaturgos, escenógrafos y corrientes de las tablas. Seguramente cometió excesos y victimó inocentes, pero hubo tareas que cumplió a cabalidad. Una de ellas, la mayor, fue dotar a la UNAM de un teatro digno de esa casa de estudios y del país, de un teatro visto como empresa permanente, renovadora, abierta a las ideas, las palabras y los hechos que no tenían cabida en el ámbito comercial. Otra, no menor, fue la creación de un gusto mediante el teatro de Coapa que después se extendería a otros planteles de la Escuela Nacional Preparatoria, formidable empresa que contó con el entusiasmo y el talento de maestros como Olga Harmony, Felipe de la Lama y muchos otros que han sido personajes públicos. A esa empresa formidable iniciada y promovida por Azar debemos el surgimiento de legiones dedicadas al trabajo escénico. Si no tuviera más mérito, que tiene muchos, eso sería suficiente para rendirle homenaje.

La difícil herencia

de Jesús González Dávila

Muerto Jesús González Dávila, queda todo un paquete. Habrá que ver quién es el valiente que se atreve a montar Muchacha del alma o De la calle, obras que se convirtieron en hitos teatrales en manos de directores ciertamente talentosos, pero sobre todo identificados con la propuesta del dramaturgo capitalino nacido en 1942. José Estrada o Julio Castillo, dicen los enterados, trabajaron lo suficiente con González Dávila antes de llevar sus producciones a la escena, se hermanaron con él, compartieron una visión del mundo, de la sociedad y de la injusticia que acabó por convertir las citadas obras en acontecimientos del teatro mexicano. Después de aquello, insistimos, ¿quién es el valiente que montará Muchacha del alma o De la calle?

Las ocurrencias y los desplantes de Pita Amor

Tres mujeres de gran significación para la cultura mexicana murieron la semana pasada: la poetisa Pita...

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