Si los libros mienten...

AutorMauricio Ibarra

A menos de dos meses para que tenga lugar el proceso electoral federal, el ambiente social se ha centrado cada vez más en las campañas políticas. Este hecho permite preguntar a quién le corresponde crear las condiciones para tener una ciudadanía mejor informada, capaz de distinguir una oferta política realista de una demagógica, de modo que el día de las elecciones emita su voto de manera libre y razonada.

En las últimas semanas, la prensa y los medios electrónicos han establecido secciones fijas para tratar exclusivamente con las ofertas de los candidatos, sus declaraciones y los incidentes ocurridos en sus recorridos a lo largo y ancho del país. De manera paralela, se ha vuelto recurrente la organización de mesas de discusión donde especialistas exponen sus opiniones sobre uno o varios aspectos de los programas de los candidatos. Como era de esperarse, la industria editorial ha respondido a los tiempos electorales. Así, han sido publicados diversos productos que ofrecen explicar la verdad de los partidos y sus candidatos. La lectura de uno de estos trabajos puede ayudarnos a entender por qué, a pesar de los esfuerzos, no sólo los políticos hacen que el nivel de nuestro debate oscile entre la descalificación y el lodo.

Anatomía del PRI. Claves para entender a Roberto Madrazo es una obra dividida en dos secciones. La primera, que comprende seis capítulos, narra la trayectoria política de Roberto Madrazo. En la segunda, integrada por cuatro capítulos, se busca explicar la anatomía y funcionamiento del PRI. De acuerdo a sus autores, el libro "... pretende facilitar al lector algunos elementos de cara a las próximas elecciones".1

A lo largo de más de 300 páginas, que son en su mayoría una recopilación de notas periodísticas, los señores Alejandro Trelles y Héctor Zagal asientan falsedades e inexactitudes que en ocasiones llegan a lo risible. Por ejemplo, en la página 45 afirman: "Recordemos que Corona del Rosal se inmiscuyó en represiones sangrientas, en concreto con los Halcones en junio de 1971 en la Ciudad de México".2 El problema es que Alfonso Corona del Rosal, quien había sido jefe del Departamento del Distrito Federal en el sexenio de Gustavo Díaz Ordaz (1964-1970), carecía de cualquier puesto oficial que pudiera relacionarle con la matanza del 10 de junio de 1971.

Veamos otro ejemplo. La página 66 asienta que durante las elecciones para gobernador de octubre de 1988 en Tabasco: "El PRI podía perder Tabasco, Colosio, quien presidía...

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