Lisa Antillón Kantrowitz / ¿Desastres naturales?

AutorLisa Antillón Kantrowitz

Verano, época de lluvias, de inundaciones y deslaves en todo el país. Se pierden vidas, cultivos, hay daños millonarios en infraestructura y miles de familias que pierden su patrimonio. ¿Se trata de un desastre natural o de un desastre causado por el hombre?

A juzgar por el mensaje de los medios de comunicación, gobiernos -desde locales hasta el presidente Vicente Fox-, grupos campesinos y empresariales y personas afectadas, se trata de desastres naturales, fenómenos meteorológicos que nos afectan porque tenemos la mala suerte de vivir dentro de un cinturón de huracanes en ambas costas. Fenómenos exacerbados por los cambios climáticos provocados por el calentamiento global del cual son mayormente responsables los países desarrollados.

Estas aseveraciones son parcialmente ciertas. Si bien detener las lluvias no es posible, mitigar sus repercusiones negativas sí lo es. Para evitar mayores pérdidas humanas y materiales en un futuro es indispensable llevar a cabo tres acciones:

Primero, tomar conciencia de que los daños desencadenados por las lluvias tienen su raíz mayormente en la mano irresponsable del hombre. Segundo, identificar las actividades humanas que propician las inundaciones y deslaves en cada uno de los estados del país. Tercero, promover los cambios estructurales y políticos no sólo para frenar estas actividades, sino para revertir los daños ocasionados en el pasado.

El estudio Global Environmental Outlook 3 publicado por el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) señala cuatro causas que contribuyen a que un fenómeno meteorológico se convierta en un desastre:

  1. Deforestación. La pérdida de bosques afecta la capacidad del suelo de filtrar el exceso de agua, facilitando así las inundaciones. Según datos de la Semarnat, México perdió 7.8 millones de hectáreas de bosques y selvas entre 1993 y 2000.

  2. Degradación del suelo. Ocurre por la remoción de la vegetación natural para el pastoreo, por prácticas agrícolas insostenibles -como el monocultivo-, por sistemas de riego inadecuados y por dar lugar a actividades industriales. Estas prácticas provocan la erosión, que impide la filtración del agua y la retención de los suelos. Como resultado, las aguas descienden de laderas y montañas arrastrando consigo toneladas de tierra y formando lodazales en las zonas bajas que, si están degradadas, se inundan fácilmente. Según datos del INEGI, 1,254,607.45 km2, esto es, 64 por ciento de la superficie continental del país...

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