Llega la fiesta a La Paz

AutorAlejandro Pairone

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LA PAZ.- Se nota que mañana es un día de fiesta porque La Paz está alegre y se puso linda para la foto.

Tiene las calles del centro embanderadas, los canteros rebosantes de flores y cientos de foráneos que la visitan para lo que serán dos días de fiesta.

La Paz está tan bonita que, además de dar gusto verla, en nada se asemeja a esa ciudad terrible de siete meses atrás con batallas campales a la vuelta de la esquina y un aire irrespirable de gases lacrimógenos.

Los edificios públicos del centro, por dónde transitarán los invitados especiales a la asunción del Presidente Evo Morales, están recién pintados y de sus fachadas cuelgan banderas bolivianas, pero también por primera vez lo hacen junto con las Whipalas, bandera de las naciones originarias, como signo de los cambios que se avecinan.

En el interior de esos edificios, la actividad parece febril e intensa con gente que corre para todos lados, vaya saber por qué, en un país que, en los hechos, atraviesa un lapso de virtual acefalía con un Gobierno que no se ha ido y otro que aún no ha llegado, donde lo viejo no termina de morir y lo nuevo no termina de nacer.

Y lo que nace es sin dudas lo que atrae la atención del mundo, que envió a unos mil 500 periodistas que convirtieron al centro paceño en una inmensa babel, donde traductores mediante equipos de televisión europeos o asiáticos parecen lanzados a la caza desenfrenada de un testimonio de un indígena citadino.

"Estoy segura de que ahora alguien sí se va a ocupar de nosotros, señor, porque llevamos años de promesas y espera, pero cada hijo es más pobre que los padres", sintetizó Yolanda Madani, una chola que pasea seis hijos en Plaza Murillo, donde está el Parlamento, la Catedral, la Cancillería y la Casa de Gobierno.

En la Plaza Murillo se entrecruzan equipos de televisión con documentalistas que buscan imágenes hasta donde no las hay, y curiosos que al detenerse a mirarlos se transforman en parte de la filmación.

Las cholas con sus mejores faldas pasean con su corte de hijos mientas comen helados sin prestar atención a los cinco grados centígrados de La Paz, cubierta como está por un techo de nubes plomizas que no cesan de descargar una lluvia finita que hace temer por los festejos de hoy y mañana.

No parece ello un obstáculo para los cientos de jóvenes mochileros que tomaron por asalto la ciudad con sus boinas negras y con distintivos del "Che" Guevara, Evita Perón, José Martí, Simón Bolívar, mientras buscan infructuosamente...

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