Llega Gormley a Marco

AutorLourdes Zambrano

MONTERREY.- Cada una de las salas de Marco provoca una sensación diferente. Hay sofocación. Se siente alegría. Surge la comodidad. Es como si se preparara al cuerpo para flotar. La culpa es de Antony Gormley, el artista británico "top", que hoy en la noche presenta su obra en el museo regio.

El gran cuarto cubierto totalmente de pan de caja parece la alucinación de un ser en plena hambruna que de repente se encuentra con un oasis. Es una visión insólita, dorada y acogedora, en el que se percibe el olor a pan, aunque éste no despida olor por estar encerado.

Antony Gormley sacó el lado más espiritual del museo regio con sus experimentos osados, formados con miles de objetos en forma de varillas de acero, bloques de cemento o figurillas de barro.

Este universo de sensaciones se libera esta noche con la apertura de la exposición Antony Gormley, en Marco. Se trata de una experiencia única que sólo el artista británico "top" pudo haber creado y en la que reúne sus conceptos de las últimas dos décadas.

El 80 por ciento del espacio, diseñado por el mexicano Ricardo Legorreta, está invadido por el trabajo de Gormley, de 58 años, quien utilizó al máximo la luz natural que se cuela por tragaluces, desconocidos hasta para los asiduos visitantes del espacio.

La primera gran sorpresa es "Allotment III", un trabajo en proceso, formado por 300 cajas de madera, que al finalizar la exposición serán reemplazadas por su versión en cemento y se colocarán, luego, en un espacio público de la Ciudad.

"Mi intención era hacer una ciudad virtual en donde el cuerpo biológico fuera reemplazado por el cuerpo arquitectónico. Podríamos decir que hoy en día el 50 por ciento de la raza humana está viviendo en un contexto urbano.

"Ésta es una invitación a pensar por qué los humanos entre más se acercan físicamente, como en las ciudades, tienen menos que ver entre sí", señaló el artista.

Para crear esta tercera versión de su obra, el artista convocó a 300 regiomontanos, desde niños hasta ancianos, para que se les tomaran las medidas y crear con éstas sus "edificios" personales. Cada pieza tiene orificios a la altura de la boca, oídos, genitales y ano.

"Éste es un lugar para perderse y ser encontrado", dijo Gormley, mientras caminaba por entre las calles y avenidas de esa pequeña metrópoli.

Luego viene la reflexión a nivel molecular. Se trata de "Bodies in Space V", junto con "Lost Dog I", baleros forjados que asimilan la formación molecular y también la alineación de los...

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