Llega renovada magia milenaria

AutorSalvador Ramírez Jiménez

En el espacio luminoso de la escena teatral de la actual edición del Festival Internacional Cervantino, se presentarán dos compañías teatrales del país invitado, China. Por un lado, El Teatro Nacional de China y, por el otro, Marionetas Legendarias de Sichuan. Los espectáculos que ofrecen las compañías convocadas al conocido evento cultural, están en los extremos del arte teatral: el clásico y el experimental.

China, fiel a su milenaria tradición, recibe en el entonces incipiente siglo 20 los primeros aportes del teatro occidental. "Nuevo teatro" o "teatro hablado" fue la manera en que los chinos llamaron a esta nueva manera de hacer teatro, pues no hay que olvidar que hasta entonces el teatro en China no era dialogado, sino representado con danzas y con cantos. A pesar de las páginas oscuras que produjeron las discrepancias políticas en la historia de la China del siglo 20 -periodo en que la censura a las nuevas formas de hacer teatro, como en muchas otras cosas, fue radical-, no evitó una discreta pero fecunda evolución en lo que atañe al teatro. Así que, como se puede sospechar, el teatro moderno que se produce en China es bastante joven en comparación con el teatro europeo y estadounidense.

Flor en espejo, luna en agua es una puesta en escena basada en un poema del extraordinario poeta local Xi Chuan. Llevar a escena un poema que carece de drama, plot, corre un riesgo innecesario a juicio del espectador, pero no así a los intereses del creador. El espectador inocente, quiero decir: un espectador acostumbrado a asistir al desentrañamiento de un conflicto puede salir del teatro un tanto defraudado. Sin embargo, un espectador más entrenado podrá encontrar una puesta en escena interesante, donde el riesgo que asume la compañía obtenga una evaluación más justa e, incluso, aplauda la provocación consabida ante un espectáculo que le exige un poco más de su atención.

En todo caso, donde no hay duda es en que la manufactura del montaje está garantizada. El trabajo de los seis actores que integran el elenco es ejecutado con amplio dominio de las distintas técnicas teatrales: expresión corporal, matices bien logrados; así como de un trazo limpio para cantar la poesía de lo citadino, de lo ordinario que puede hallarse en el caos de cualquier ciudad. Además, si es poesía salida de la mano de Xi Chuan, es alta poesía.

Esta compañía, que confronta sus propias tradiciones teatrales, es el fruto de una afortunada revolución...

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