La música que llegó para quedarse / Presentimiento cubano

AutorGuadalupe Loaeza

Una de mis canciones predilectas cuando tenía 16 años era, sin duda, Begin the Beguine, interpretada por Pat Boone. Entonces creía que el título con la que fue traducida al español, Volver a empezar, correspondía perfectamente a la letra de la canción de Cole Porter y cuyo contenido tenía que ver, precisamente, con la petición de un o una enamorada de reiniciar la relación. Todavía me veo sentada en el suelo de mi recámara, vestida con mi uniforme del colegio Francés, haciendo mi tarea sobre la cama y cantando: "When they begin the beguine,/ It brings back the sound of music so tender,/ It brings back the night of tropical splendor,/ It brings back a memory evergreen".

Como nada más me sabía de memoria la primera estrofa, pensaba que en la segunda, venía la súplica de "volver a empezar" la relación amorosa. Curiosamente, de la canción sabía todo: que la primera cantante que la interpretó había sido June Knight en Jubilee, el musical que se estrenó en Broadway en 1934; sabía que los que la habían popularizado, cuatro años después, habían sido la orquesta de Artie Shaw y The Andrews Sisters. Por esos años recuerdo haber visto una película donde bailaban Fred Astaire y Eleanor Powell al ritmo de la melodía de Porter. Por todo lo anterior, cuando salió el Long Play de Pat Boone en donde interpreta la canción, le pedí prestado dinero a mi amiga Lola Caraza para comprarme el disco. No sé cuántas centenas de veces lo escuché, especialmente cuando extrañaba a cualquiera de mis ex pretendientes que ya no me buscaban; creía que si la entonaba con toda mi alma, "volveríamos a empezar" nuestro romance.

No fue sino hasta que el crítico de música Pavel Granados y yo comenzamos a escribir la biografía de Agustín Lara, cuando me enteré que Begin the Beguine no tenía nada que ver con el posible retorno de un viejo amor. He aquí un fragmento del capítulo del libro Mi novia la tristeza, que se publicará muy pronto, en donde se habla de la composición de Cole Porter.

"En 1941, Lara y su mujer, Carmen Zozaya, se dirigieron a Nueva York a realizar algunas actuaciones en teatro. Su estancia pronto le inspiró una canción, Broadway, adiós, en la que se figura ese 'camino de oro' como una muchacha rubia,/ de ojos azules,/ sin corazón. Fascinado por una avenida que semejaba una rosa en la noche percibió la indiferencia de la ciudad y de sus mujeres. A Lara lo cautivó este aspecto de Nueva York; su indiferencia lo alivio de un mal que, según él, lo siguió toda la...

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