Lleva a Irene al 'diván'
| Autor | Renata González |
Fotos: José Luis Ramírez
Había una vez una niña que acompañó a su hermana mayor a hacer un casting para un programa de televisión (Bizbirije, en Once TV)... Pero el destino tenía otros planes: la aspirante a actriz no quedó seleccionada, mientras que la pequeña acompañante consiguió su primer trabajo.
Fue entonces que, a la edad de 7 años, Irene Garibay debutó en televisión, lo que para ella no fue sino un juego.
"Cuando me eligieron en Bizbirije era más como jugar y no tanto trabajar, así que era divertido. Aunque no lo crean, mi hermana se puso muy contenta por mí, no se enojó.
"Al principio me costó un poco de trabajo porque tuve que elegir entre faltar tres meses a la escuela o grabar. Me preguntaron qué quería hacer y escogí grabar", recuerda.
Luego de tres años en Bizbirije, cuando ella tenía 10, la invitaron a otra prueba para una nueva serie de Once TV: El Diván de Valentina, que el miércoles pasado inició su tercera y última temporada al aire.
A pesar de que la emisión ya lleva tres años, y de que es uno de los programas con más rating del canal, la joven actriz menciona que su vida no ha cambiado mucho.
"Solamente me piden autógrafos. Es bien chistoso porque todos creen que te saliste de la tele... al menos los niños. Los más grandes me dicen 'dame un autógrafo' o 'Valentina, yo te amo' o que son mi fan número uno. No sé cuántos fans número uno tengo", expresa.
Irene, quien actualmente tiene 13 años y cursa primero de secundaria, asegura que no se le ha subido la fama a la cabeza, a pesar de que en el set de grabación es la consentida.
"No me gusta la fama. Me da lo mismo si la tuviera o no. Es padre que me pidan autógrafos y ya. En el foro me consienten: me dejan meterme a la fila a la hora de comer, el día de mi cumpleaños me dan muchos regalos y me respetan mucho. Pero en mi familia no hay trato especial, todo es normal".
El juego que se volvió trabajo
Sin embargo, para Irene no ha sido tan sencillo ser la protagonista de El Diván... porque ya no se trata de jugar a ser actriz, sino de serlo.
"Implica muchas horas de esfuerzo, desvelarte, trabajar sábados y domingos a veces. Pero de todos modos es divertido. En un día de grabación llegas a las 8:00 horas, te peinan, te visten, te aprendes los diálogos y luego vas a hacer la escena.
"Lo peor es que tienes que estar con buena cara, porque son 50 personas que están trabajando y si te distraes, echas a perder el trabajo de todos.
"Lo tienes que tomar en serio. Yo creí que iba a...
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